domingo, 12 de noviembre de 2023

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 7

 


 Al entrar por la puerta plateada que Gimmi invocó, una luz cegadora mezclada con todos esos aromas harmoniosos que olieron al abrirse la puerta, no les dejaba ver que era lo que había más allá de esta abertura. 

Poco a poco acostumbraron sus ojos a esa cegadora claridad, vieron con asombro una ciudad que no parecía una ciudad, estaba dividida en cuatro "barrios" increíblemente hermosos todos ellos, se veían en la lejanía, pero todo estaba lleno de árboles gigantescos entremezclados con viviendas de forma oval, también con formas triangulares, cuadradas, en una amalgama de bosques frondosos en donde las viviendas se escondían de una forma que, se veían, pero a la vez se fundían con el paisaje boscoso, pero esa era la primera parte de aquella ciudad, pues más adelante, en la lejanía se veían otros lugares, como "barrios", de otras formas y colores, uno de ellos no tenía árboles ni vegetación visible, era un inmenso lago con un agua cristalina de color azul intenso, un azul que nunca habían visto en este elemento.

Otro de los barrios, mucho más lejos del barrio "lago" había otro lugar desértico en el que miles de chimeneas integradas en el terreno, junto a viviendas cueva que echaban un humo blanco por ellas, semejante a las fumarolas de las aguas termales de las zonas volcánicas, en el centro de este lugar había una especie de montaña parecida a un volcán, de hecho lo más probable es que fuera uno, pues en su cima se veían llamaradas de fuego rojo, muy parecido a la lava de los volcanes de nuestro mundo.

Por último, en la zona más alejada de la ciudad, se veía un lugar que no se podía considerar tal, pues todo era transparente, solo se veían unos remolinos de aire ir de aquí para allá, las casas eran agujeros en el suelo, como trampillas, y no se veía ninguna vegetación ni otros elementos, solo el suelo yermo, las trampillas y los remolinos de aire.

Josu y Antoine miraban asombrados ante la inmensidad de aquella ciudad, se quedaron atónitos al ver la belleza de todos esos lugares tan extraños, no había nada comparable en su mundo, todo era extrañamente bello pero a la vez les era familiar, no sabían explicarlo.

Gimmi, les dijo - Bienvenidos a nuestra Ciudad, si es que se puede llamar así, esta es una de las miles que existen en esta dimensión, concretamente esta ciudad es la que está cuidando de vuestra naturaleza en la zona donde vivís, tiene la misma longitud que todo el espacio natural que os queda en vuestro pueblo y alrededores.-

Gimmi continúo- En esta dimensión todo parece más grande de lo que es en realidad, pues no tenemos límites de espacio, ni de tiempo, ni de leyes físicas, pero si tenemos una obligación, tenemos que salvaguardar la naturaleza en todas sus formas, con sus leyes y su tiempo en vuestra dimensión, somos atemporales pero tenemos que hacer cumplir el tiempo en vuestro mundo, parece complicado, pero no lo es, la creación lo ha dictaminado así, os vamos a enseñar quienes somos y cual es nuestra misión-

-Pero primero, voy a explicaros quienes somos, veréis, nosotros somos lo que en vuestro mundo llamáis Seres Elementales, somos los guardianes de los cuatro elementos aristotélicos de la naturaleza, Aristóteles, vuestro filósofo griego más famoso, nos nombró, fue el primero al que nos revelamos y enseñamos nuestra misión, pero sus discípulos consideraron que esas enseñanzas eran "locuras" y nunca las difundieron para la posteridad, solo quedaron lo que algunos consiguieron transmitir entre los iniciados en lo oculto del mundo griego, hasta hoy.

Existen cuatro elementos esenciales, el Fuego, el Aire, el Agua, La Tierra, con ellos se crea todo lo conocido, y nosotros somos los que gestionamos esa creación.

Los Gnomos, como yo, nos dedicamos a preparar la tierra, ayudamos a la vegetación a fijarse en ella, hacemos que los árboles prosperen con nuestros cuidados, ayudamos a los animales, sembramos los campos con semillas de todas las plantas, ordenamos el reino mineral, excavamos las cuevas para aprovechar los acuíferos, regando los bosques desde el interior de la tierra, somos médicos de los animales, plantas, insectos, aves, de todas las criaturas terrestres.

También somos guardianes en las casas de los humanos, por lo menos una parte de nosotros vivimos junto a vosotros, aunque no nos veis, pero estamos ahí, cuidando vuestro entorno en las granjas, en las huertas y en los establos, pero cada vez más nos echáis de estos lugares por culpa de los venenos que usáis para la agricultura, con vuestras ondas de radio en las casas, contaminadas por electricidad mal dirigida, ondas de todo tipo, para vuestros ordenadores, nos hacen daño, por eso nos hemos retirado a las zonas alejadas del campo y la sierra.

Muchos de nosotros somos los amigos imaginarios de vuestros hijos pequeños, nos encanta jugar con ellos, enseñarles y prepararlos para que sean respetuosos con la naturaleza, pero cada vez nos es más difícil enseñaros. Tú, Josu fuiste uno de esos niños elegidos, es más, yo fui tu amigo imaginario cuando tenías tres años, pasamos unos ratos muy buenos en aquel tiempo, eras muy feliz conmigo, te enseñé muchas cosas, que aunque creas olvidadas, perviven en tu corazón y te hacen amar la naturaleza de donde vives, y toda en general, fuiste buen alumno.

Antoine y Josu no salían de su asombro ante lo que Gimmi les estaba enseñando, era para ellos una historia tan fascinante como irreal, no acababan de creer todo lo que escuchaban de este ser tan extraño, y a la vez tan familiar, pues con él se sentían a gusto.

Gimmi continuó hablando -La ciudad como veis está dividida en cuatro lugares o "barrios", cada uno de ellos es el hogar de cada clase de Ser Elemental, en el bosque de árboles frondosos vivimos nosotros los Gnomos, en el "lago" viven los Seres Elementales del Agua, entre ellos las Ondinas, las Nereidas, son femeninas, y son las responsables de cuidar los ríos, los pantanos, los lagos, las collas de agua, todas las zonas donde existe agua dulce, pues en los mares son las Sirenas y Tritones quienes cuidan de ellos.

Hacen que los peces vivan en armonía con cada entorno acuático, atraen la bendita lluvia a los bosques y hacen crecer las algas para alimentar toda la fauna acuática, son hermosas y son la esencia de la vida.

En este "barrio" lago están todas las Ondinas y Nereidas de la zona donde vivís, ellas cuidan las collas donde me encontrasteis, el Pantano de vuestro pueblo y los riachuelos de vuestra sierra.

En el "barrio" que veis desértico, viven los seres Elementales de Aire, las Sílfides y los Silfos, son los que intentan equilibrar la atmósfera, acomodar la lluvia provocada por las Ondinas, los que inspiran a los sabios y artistas las ideas, los que cuidan el aire que respiramos, algo esencial en vuestro mundo, sin ellos no podrías respirar, ordenan a las plantas que produzcan en equilibrio el oxígeno que respiráis, pero cada día les es más difícil cumplir su cometido, estáis contaminando el aire con vuestros gases, por eso enfermáis, no pueden ya guardar ese equilibrio, están desapareciendo.

El último "barrio" es aquel en el que la tierra es negra y una montaña, o mejor dicho un volcán se erige en el centro del mismo, junto con sus chimeneas y fumarolas, entre pequeños lagos de aguas termales, aquí viven las Salamandras, son las que cuidaron la masa de gases radioactivos presentes en el planeta y de la materia incandescente que debía ir sedimentándose y enfriándose de a poco, para que el planeta en formación pudiera ser habitable. Ellas son los que hacen que las masas de tierra del planeta se vayan formando y nos permitan vivir en ellas, controlando las erupciones volcánicas, terremotos, aunque no siempre pueden protegernos de los mismos, pero son necesarios para que la vida prospere, todos formamos parte de un conjunto perfecto que hace único a este planeta, de los pocos que albergan la vida, y que vosotros os empeñáis en destruir.

-¿Y qué pintan los que vosotros llamáis Enanitos amarillos y sus ciudades?- preguntó Josu,

Gimmi se quedó pensativo y contestó- Esta cuestión la tenía reservada para más tarde, pues es un tema un poco complicado, primero tenemos que ir a visitar a nuestro "Jefe", pues todos los elementales de cada ciudad estamos gobernados por un Fauno, él es el que dicta las órdenes para que la naturaleza de cada lugar se vaya desarrollando conforme a las estaciones, quiere hablar con vosotros, más tarde habrá respuestas, seguidme, tenemos que ir al centro de la ciudad, ir observando cada barrio y conociéndonos. 

-Antoine, nuestro Fauno desea conocer el libro que llevas en la mano, pues cree que existen errores en el mismo que debes corregir, ¿es el Codex Elementaris?, ¿no?- 

Antoine agarró el libro con fuerza y contestó- Si, así es, ¿cómo lo sabes?, Gimmi respondió- Conocemos su existencia desde hace siglos, pero ningún elegido lo había traído a esta dimensión, por eso nuestro Jefe está tan interesado, te dará las gracias cuando se lo entregues, quiere corregirlo, ya verás, te será luego muy útil.

Antoine y Josú siguieron a Guimmi hasta que llegaron al centro de la Ciudad Elemental, vieron un edificio mitad árbol, mitad cueva, aquí vivía el Fauno.

 

Continuará... 

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto se pone interesante. Espero que no te pierdas en el camino de los elementos. Recuerda que, narrar así, es complicado, pero sé que a la vez, apasionante.
Un saludo.

Juanma dijo...

Muchas gracias por tus consejos.