jueves, 31 de diciembre de 2020

EL MUNDO HA CAMBIADO, CAMBIEMOS CON EL, PERO A MEJOR

 


No quiero despedir este 2020 sin añadir otro post a mi maltratado blog, pues no escribo en él todo lo que quisiera, lo tengo desatendido como siempre desde este pasado mes de Julio.

Han pasado muchas cosas en estos últimos meses, la Pandemia de corona virus ha ido y va a peor, se nos a abierto una ventana de esperanza con las nuevas vacunas que ya se están administrando, pero no se sabe aún el impacto que esto tendrá en el transcurso de la pandemia, solo el tiempo dirá lo que va a pasar.

Estamos en ya en la noche de fin de año y acaba este fatídico 2020, pero tenemos que mirar hacia atrás porque todo en esta vida sucede por una razón, y nada sucede por casualidad.

La humanidad lleva muchas décadas, por no decir siglos degradando el medio ambiente y provocando toda clase de desastres en nombre del "progreso", destruyendo en pocos años el producto de miles de millones de años de evolución sobre el planeta.

Recuerdo que a principios de año, cuando esto parecía una epidemia más de la lejana china, donde nos reíamos de las mascarillas y de los casos de muertes súbitas por la enfermedad, pensando en lo exagerados que eran confinándose, que también habían unos terribles incendios en el Amazonas, en las tundras de Siberia, el clima era insoportablemente cálido para la época del año en la que estábamos, de hecho, no hubo invierno, estábamos en Navidad casi en manga corta y por el día en Enero, a 25 grados, de verdad yo sentía que algo gordo iba a pasar, y de hecho esas temperaturas no presagiaban nada bueno.

Y llego el temido virus, con controversia, con errores garrafales de nuestro gobierno, por no estar preparado para el terrible tsunami al que nos íbamos a enfrentar, mascarillas no, son contraproducentes, confinamiento el catorce de marzo, tres meses del mismo,mascarillas obligatorias, estado de alarma, muertes sin parar, enfermos sin parar, exactamente como ahora, pero por ser algo nuevo no se sabía actuar y se cometieron muchos errores, pasamos unos meses terribles hasta el verano, que al parecer se relajó la cosa , pero solo era una pequeña tregua para luego venir otra ola aún peor por lo que parece.

Estamos inmersos en una segunda ola que ya casi hemos normalizado y asimilado, pues de tanta información y desinformación a la que estamos sometidos, por el miedo, el hastío y la costumbre ya adquirida, oímos los muertos y los contagiados y casi que nos da un poco igual, vamos sorteando la enfermedad como podemos y queremos intentar tener una normalidad que va a tardar muchos años a volver con nosotros, pues esto no ha acabado y no tiene visos de acabar en bastante tiempo a pesar de la vacuna y de los esfuerzos sanitarios.

Tenemos un problema, hemos sido educados en una permisividad total, creíamos que éramos libres para hacer lo que quisiéramos y cuando nos han cortado las alas, nos cuesta asimilar que eso ya no puede ser así debido a un problema sanitario global. 

La mayoría de la gente cumple las normas, pero hay otra gran minoría que se resiste a ello y quizás por eso estamos igual o peor que al principio de la pandemia, no aprendemos, no queremos sacrificios, nos importa poco el prójimo cuando vemos que se nos recortan los privilegios de un mundo libre, o aparentemente libre, como era el nuestro.

Pues no, ahora ya no podemos hacer los mismo que antes, toca replegarse y esconderse un poco para poder combatir a este enemigo invisible que ha llegado  a nuestras vidas como un nefasto mensajero con un mensaje claro, nos dice que no somos los amos del mundo, que somos muy frágiles y que debemos parar nuestro antiguo modo de vida, basado en el consumismo voraz y la destrucción del planeta.

Este virus, ya sea creado por nosotros o por la naturaleza es una lección que debemos aprender, nos ha sido enviado para que nos demos cuenta que no vamos por buen camino haciendo lo que hacemos a la madre Tierra, a Gaia, tenemos que tener presente que el planeta mismo es un ser vivo, consciente y que nosotros somos parte de él, al igual que las células de cualquiera ser.

El problema radica en que nosotros tenemos un patrón de comportamiento destructivo, al igual que nuestro "amigo" Covid-19 o todos los virus, o incluso el cáncer, invadimos todo el espacio posible, arrasamos con los recursos y luego acabamos con todo, igual que hace el corona-virus o un tumor canceroso.

Por eso tenemos que tener presente esta gran lección que supone esta Pandemia y dirigir todos nuestros esfuerzos a poder salir de ellas reforzados, con otro chip en la mente, con la idea de exigir a nuestros gobiernos que la Naturaleza sea protegida, respetar a toda la vida del planeta e intentar dirigir nuestro ecosistema humano hacia otro más respetuoso con el Medio Ambiente, de lo contrario vendrán otras enfermedades que nos medrarán y nos harán recular en nuestro particular progreso.

Ahora que ha pasado casi un año de este desastre, solo miro atrás para aprender, quisiera que todos hiciéramos balance y que extraigamos de lo malo las cosas buenas que nos ha proporcionado esta experiencia, valorar más lo que tenemos, la vida, la familia, el estar unidos a pesar de no poder abrazarnos, ni tocarnos, este virus nos ha hecho ser menos humanos en lo físico, pero más humanos en nuestro corazón, todos deseamos el día que podamos abrazarnos, juntarnos por miles en teatros, cines, conciertos, fiestas, sin temor a morir por una enfermedad.

Por eso debemos ser fuertes, estar unidos en la adversidad, dejarnos de conflictos inútiles que solo nos traen más sufrimientos y empezar a educarnos todos en un nuevo pensamiento de unidad y fraternidad para cambiar el Mundo, es una tarea titánica, pero si todos ponemos algo de nuestra parte lo podemos lograr, no entremos en derrotismos ni en pasotismos, ni siquiera en negacionismos, el virus existe, la enfermedad es real y aunque hay muchos claroscuros en esta realidad nueva, debemos ser conscientes de vivir para el nuevo progreso humano, y solo si elevamos nuestro pensamiento y nuestra energía en miras de salvar la naturaleza y la vida podremos parar la destrucción a la que el planeta nos va a condenar si no cambiamos , nueva realidad debe estar seguida por una nueva humanidad, la que al final cuente con la Madre Tierra como su hogar, no como su negocio.

Feliz año nuevo a todos, y siempre, seguimos en el camino.