sábado, 23 de diciembre de 2023

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 11

  
 

Después de salir del portal dimensional de la casa de Gimmi, al haber tomado los azucarillos verdes que les dio, se sintieron "raros", cómo más livianos, como si tuvieran otra forma, aunque se miraban y eran los mismos, seguían teniendo el mismo tamaño de Gimmi, pero ahora su piel era como traslúcida, podían ver de forma semiopaca lo que había detrás de sus brazos y piernas, incluso de su tronco. Gimmi observó lo que estaban comprobando y les dijo:- Queridos, ahora vuestros cuerpos son semimateriales, al igual que nosotros, la fórmula que os di con los azucarillos provoca este efecto para que podáis ser testigos, interactuar con nosotros en vuestro mundo.-

-Ahora os voy a advertir seriamente, pues es necesario, quiero deciros que estamos en peligro, pues en esta dimensión terrenal, a la que pertenecéis es el lugar de conexión entre los distintos planos de existencia que fueron creados para las distintas criaturas que moran en la orbe de Gaia, por eso debemos ser precavidos, en esta situación semimaterial estamos muy cerca de la línea de lo que vosotros los magos, como tú, Antoine, denomináis Bajo Astral.

En vuestro Mundo no son pocas las personas que ven a las criaturas que moran en ese limbo dimensional, en el que la negatividad de vuestras mentes humanas se concentra y alimenta a seres degradados que os agreden, que os provocan males y que a nosotros los elementales también quieren parasitar y destruir, entre ellos están las larvas astrales, generadas por vosotros, son creación vuestra, los seres sombra, entre ellos el "hombre del sombrero"; que tanto temor provoca en los que sois sensitivos en las noches en las que os paralizan en vuestros aposentos, alimentándose del terror que os provocan, contaminando vuestras casas, vuestras mentes y ensuciando los más preciado que tenéis, que son vuestras almas.

Aunque vamos a buscar a las Hadas que habitan esta región, debemos tener en cuenta que existen otros seres feerícos y energéticos que habitan también en esta región, y no son amables como podemos ser los Gnomos, porque ellos habitan en parte oscura de vuestra dimensión, vibran en la misma frecuencia que las Sombras y las larvas, son lo que vosotros conocéis como duendes, que aunque a veces os beneficien, con regalos de oro, joyas y os hagan trabajos por las noches, como habéis contado en cuentos tradicionales, no lo hacen por amistad, sino por conveniencia, pues ellos se alimentan de vuestras emociones también, a veces de las buenas, la mayoría de las malas.

Estos seres fueron desterrados del Mundo Elemental porque quebraron sus leyes hace milenios, en un principio tenían que ocuparse de recolectar la energía de las emociones humanas para que ningún ser degradado pudiera alimentarse de ellas, tenían que dispersarla entre los distintos elementos para que la tierra las transmutara en la vida que creó, pero ellos vieron que las emociones negativas de los humanos creaban cosas, al igual que las positivas, pero las malas emociones hacían emerger a seres oscuros que les tentaban con materiales preciosos extraídos de los robos, guerras y estafas de los humanos, para que entregaran su energía, alimentándolos y esparciendo su mal por toda la Tierra, Gaia muy enfadada degradó a este colectivo de duendes y los envió a la dimensión humana para que habitaran siempre allí, sin posibilidad de volver a la dimensión elemental, por lo tanto se densificaron y huyeron a lo profundo de las cuevas, alimentándose de la pena y el sufrimiento de los humanos, también de la codicia, provocando situaciones de ámbito paranormal en las casas como los que llamáis Poltergeist, para llevar a la locura a las personas, son seres como he dicho, degradados.

Pues ahora debemos ser conscientes que vibramos en la misma frecuencia que estos seres que os he hablado, por lo tanto nos pueden ver y nos pueden atacar, yo estoy acostumbrado a ser precavido cuando voy a vuestra dimensión, me camuflo en la tierra y las plantas, pues mi esencia me permite tomar la forma que yo quiera, pero vosotros, a pesar de tener la mismas consistencia en estos momentos, por vuestra condición humana, podéis ser presa de ellos metiéndose en vuestros pensamientos.-

Antoine dijo:- Gimmi, por mis estudios esotéricos, conozco todas estas entidades, fui instruido en las artes de protección para evitar intrusiones del Bajo Astral, pero no estoy seguro si en esta envoltura elemental sería capaz de realizar algún conjuro de protección, o realizar algún símbolo mágico.-

-No debes temer Antoine, en tu actual situación, la sabiduría de tu intención es mucho más fuerte, tu poder como mago se ha duplicado, pues estás en la vibración, digamos que puedes estar a su altura, como si fuera físico, ahora es cuando más nos puedes proteger, pero debes hacerlo de la forma correcta, si te equivocas en algo, puede ser fatal, al igual que si en tu forma humana te atacan con un cuchillo y no lo esquivas, te pueden matar.- dijo Gimmi.

-Siento exponeros a estos peligros, pero es preciso que los afrontemos, debemos hablar con las hadas para que os den su mensaje-

Anduvieron durante una hora por los páramos cercanos a las collas de agua que Josu conocía tan bien, era por la tarde, casi se estaba poniendo el sol, Gimmi los paró y les dijo:- Ahora es el momento propicio para poder ver a alguna hada, ellas siempre salen de sus aposentos en los momentos del día que son intermedios entre la luz y la oscuridad, como son el Amanecer y el Atardecer, por la noche alrededor de las tres de la mañana también aparecen en los bosques para reunirse en sus círculos, allí reparten tareas y hablan de sus cosas.

De repente un viento frío sopló desde las collas, Gimmi se paró como oteando el horizonte y dijo:- Alguien se acerca, tenéis que esconderos detrás de algún matorral, esto no me huele bien.-

Hicieron como dijo Gimmi, habían unas Carrascas frondosas y se pusieron detrás de ellas, esperaron unos minutos y de repente oyeron las pisadas de alguien que se acercaba, eran muy silenciosas, rápidas y pausadas en ciertos momentos, como si el que venía se parara a observar en su marcha.

Gimmi les dijo que juntaran sus manos entrelazando sus dedos que eso les haría transparentes, así lo hicieron y enseguida se vieron más translúcidos que de costumbre, el sol se estaba escondiendo y la luz era cada vez más escasa, pero a unos cincuenta metros vieron algo, era un ser que andaba acachado, como con joroba, llevaba un gorro de un color verde negruzco, sucio, alargado con una borla en la punta de color dorado, su cara era verdosa, con el rostro lleno de verrugas, apenas se le veían lo ojos, oscuros como el azabache, las orejas eran puntiagudas, con la punta de las mismas de color negro, respiraba como un jabalí, olfateaba con una nariz aguileña que parecía un pico de un loro, enseñaba la boca que realizaba una mueca como de asco todo el tiempo, parecía estar oliendo algo.

Su vestimenta era harapienta, con unos pantalones abombados llenos de remiendos y sucios, del mismo color del gorro, llevaba una especie de camisa blanca pero mugrienta, de manga corta, sus brazos al igual que su cara tenía el mismo color aunque de un tono más claro que su vestimenta.

Gimmi se horrorizó y les dijo en voz muy baja.- Cuidado! Nos hemos encontrado con un Duende explorador, deben de haber detectado nuestra presencia al abrir el portal de mi casa, normalmente cuando yo vengo no les da tiempo a detectarlo porque soy muy rápido, pero esta vez hemos sido tres, el portal ha estado demasiado tiempo y ha emitido vibración que ellos son capaces de detectar, nos están buscando, y no tienen buenas intenciones.-

Josu miró a Antoine y con gesto serio le dijo:- Antoine, ¿tú sabes protegernos ante estos seres?.-

Antoine se metió la mano en el bolsillo y sacó un puñado de sal gorda, Josu recordaba que el día que le conoció fue con él a comprar esa misma sal.

Rápidamente Antoine se alejó un par de metros de sus compañeros y sin pensarlo formó un círculo en la tierra que fue detectado por el Duende, el ser hechó a correr con una velocidad endiablada al detectar a Antoine, el dijo: -Gimmi, Josú, !Entrar en el Círculo!, este nos protegerá-. Lo hicieron con toda la rapidez que pudieron, entonces cuando llegó el Duende a atacarles se paró en seco y babeando con una voz gutural les dijo:- ¿Quienes sois, criaturas infectas, cómo podéis morar en esta dimensión siendo humanos?-.

-Eso es un asunto que no te incumbe, sucio Duende.-dijo Gimmi-. Estamos aquí porque debemos hablar con las Hadas, quien te ha enviado es un ser maligno al que le importa poco nuestra misión, debes volver por donde has venido o tendremos que destruirte.-

-¿Queréis ver a las hadas ?, jajajajajaja- rió de forma siniestra el Duende,- Es que no sabéis que ya no hay Hadas en este lugar, han huido, cada vez se van más lejos, el nivel de negatividad que hay en las proximidades a las ciudades de los humanos se ha vuelto insostenible, es perfecto para nosotros, jajajajaja-.

Entonces Antoine recordó que su maestro le había enseñado una oración-conjuro para que todos los espíritus y entidades degradadas fueran expulsadas de donde estuvieran hacía la parte más profunda de su dimensión, de ahí les costaría salir.

Con voz poderosa y cómo si lo hubiera hecho toda la vida, aunque era la primera vez que la iba a utilizar dijo:

-Maleficarum creaturarum tenebrarum, astri inferiorum tenebrarum spiritus, ante divini salis potentiam recedunt, precipio, filii nigredinis.-

En ese momento una luz cegadora inundó todo el lugar donde estaban y con un viento huracanado se llevó de aquel lugar al Duende que les amenazaba, no sin antes escucharle gritar:- ¡Malditos, esto no quedará impune, mi señor os lo hará pagar, somos muchos y cada vez mássssssss!.

A la vez vieron como cientos de sombras escondidas entre los matorrales y los árboles salían volando hacia el cielo, perdiéndose en la oscuridad, Gimmi abrió los ojos como platos, al igual que Josu, Antoine cayo exhausto dentro del círculo de sal, su conjuro les había salvado, pues sin saberlo estaban rodeados de entes oscuros, el Duende al ser más denso fue el único que vieron, pero a ellos si los veían.

Antoine, he visto que tienes mucho poder, tus maestros te enseñaron bien, veo que hice una muy buena elección al guiar a Josu en tu busca, pues si, Josu, con las artes de telepatía elemental en su momento te guié a él.-dijo Gimmi-.

Josu se quedó impresionado al ver la cantidad de sombras que salieron, al igual que por el tremendo poder que Antoine había conseguido sacar de su conjuro, en sus lecturas esotéricas nunca había leído nada parecido, pero le quedaba mucho que aprender.

Gimmi apremió a sus compañeros a seguir el camino, ahora sabía que las hadas habían huido de aquel lugar, por eso en sus salidas a nuestra realidad cada vez le costaba más encontrar a alguna, es más, hacía mucho tiempo que no las veía, pero como sabía su condición caprichosa y huidiza no le dio importancia, ahora sí, tenían que encontrarlas.

Compañeros:- dijo Gimmi-. Nos tenemos que dirigir a los alto de la montaña, veis aquel pico en la lejanía, tenemos que ir allí, es el sitio más virgen de esta Sierra, de vuestra Sierra, allí es posible que hayan huido las hadas, seguiremos las sendas en la oscuridad, en nuestra condición vemos igual que los gatos, con la luz de las estrellas, ya que no hay luna, encontraremos el camino a la montaña.

Antoine por si acaso cogió un puñado de sal en la mano y tocando su medalla del Tetragramatón se situó detrás vigilante, pues oían susurros y como voces que les instaban a abandonar su misión, muy tenues, pero estaba seguro que las oía.

-Son los Seres Sombra que nos están intentando manipular mediante los pensamientos negativos- dijo Gimmi- tenéis que ignorarlos, cambiarlos por sucesos de vuestra vida que recordéis positivos, pensamientos alegres, no dejaros sucumbir por ellos, estamos rodeados.

Josu se puso a pensar en su perro Winston, cuando era un cachorro, como jugaban, en lo bien que se lo pasaba con él; Antoine se puso a pensar en la tierra de su infancia, en Argelia, donde sus padres poseían tierras y muchas cosechas, pues eran terratenientes, lo bien que lo pasaba jugando con los hijos de los trabajadores que había en sus fincas, qué bonitos recuerdos, pensaba.

Así fueron recorriendo las sendas de la Sierra, sintiéndose vigilados, atentos a cualquier movimiento extraño de los matorrales, del viento y de los cielos, pues parecía que poco a poco iba tapándose con nubes oscuras, algo se temía Gimmi, pero no quiso desanimarlos y después de lo ocurrido quería llegar adonde el creía que estaban las hadas.

Continuará....

 





 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto comienza a ponerse interesante. Esta historia cada vez coge más cuerpo de libro, y nuestro amigo JuanMa nos sigue deleitando con su sabiduría de lo que oculta la naturaleza.
Sigue así, ya esperamos con ansias el siguiente capítulo.

Juanma dijo...

Muchas gracias querido compañero, seguimos en la brecha, a ver qué resulta.