miércoles, 24 de septiembre de 2014

LLUVIA



Desde siempre me ha gustado oír el repiqueteo de las gotas de lluvia en los cristales de las ventanas, siempre es un espectáculo maravilloso ver caer el agua que da la vida desde lo alto, con el cielo negro y gris, y sobre todo escuchar esos sonidos con el tremendo y delicado sonido del trueno, en las noches de tormenta, tan escasas en mi tierra.
Ya hacía más de un año que no llovía aquí, en Alicante, en Crevillent, que es mi pueblo, y el ambiente estaba enrarecido y sucio, demasiado sucio y por fin ha llegado las lluvias, en forma de tormentas, haciendo algún que otro destrozo por ahí, pero siempre se agradece el frescor que nos traen estas precipitaciones después del infernal verano que pasamos todos los años.
Por desgracia, con el cambio climático cada vez tendremos más sequías, más calor y veranos más largos, otoños y primaveras inexistentes y inviernos suaves, muy suaves. Este cambio en el clima nos traerán consecuencias muy negativas, sobre todo en la agricultura y en la escasez que habrá de agua para esta misma actividad y para la vida en general.
Recuerdo cuando era un crío que casi siempre llovía en invierno, recuerdo con nostalgia como nos abrigaban nuestras madres, como nos enrollaban la bufanda de lana, nos ponían las cazadoras hasta el cuello, porque hacía frío, mucho frío en los meses de Diciembre, Enero y Febrero, llovía cada dos por tres, y ¡usábamos las botas de agua!, cosa que hoy por hoy es muy raro ver.
A mi mente ha llegado ahora un recuerdo de un día de colegio en el que empezó a llover y a tronar con una fuerza increíble, se fue la luz y todo quedo en penumbra, y recuerdo que estaba con un compañero mirando la lluvia y los relámpagos, oyendo los tremendos truenos, y que toda la clase estaba muerta de miedo, pero nosotros nos pusimos a reír como descosidos, y no porque nos hiciera gracia, estábamos cagados de miedo, pero lo hicimos por nerviosismo, por lo nuevo de la situación, pues tendríamos unos siete años y no habíamos visto nunca una tormenta tan grande. Doña Loli, que era nuestra maestra la recuerdo tranquilizándonos y contando cosas para que no nos asustáramos, pero nosotros seguimos riendo hasta que nos castigo de cara a la pared por no parar de hacerlo, y ahí acaba mi recuerdo infantil, que a lo mejor no venía al caso, pero hablamos de la lluvia, y la lluvia siempre es bueno recordarla, por lo escasa que es en esta tierra...


No hay comentarios: