domingo, 9 de noviembre de 2014

LA DESPEDIDA


Siempre he creído que debe de haber algo después de la muerte, no concibo la idea de que hayamos nacido en el Mundo para vivir unos años, sufrir, procrear, trabajar y existir para luego desaparecer en la tierra pasto de los gusanos sin que todo eso haya valido para algo, que nuestra existencia vuelva a una "nada" y que todo lo que hayamos vivido sea eso, "nada".
En mis manos ha caído un libro que trata extensamente sobre las experiencias cercanas a la muerte, o ECM, como las abrevian en este libro. Se titula "Al otro lado del túnel" de Eduardo Gaona, un extenso ensayo e investigación sobre estas experiencias en el que habla sobre las posibles causas físicas o no físicas de las mismas, la diversas teorías y posibles explicaciones tanto científicas como espirituales.
Sin enrollarme en este libro ni en el tema de las ECM, quiero contar unas experiencias que tuve hace ya tiempo sobre este tema, quizás todos en cierta medida tenemos alguna en algún momento de nuestra vida, con más intensidad o con menos, a veces sin saberlo, o consideramos que ha sido todo un sueño muy lúcido, pero la verdad es que a veces pasan cosas que aparentemente no tienen explicación lógica y entonces entramos en el mundo de lo espiritual y religioso para poder dar explicación a estos fenómenos.
Hace unos 23 años que murió mi tío-abuelo, hermano de mi abuela al que quería mucho, se llamaba Luis y conmigo tenía una relación especial, yo casi lo consideraba como mi abuelo, pues vivía en casa de mi abuela paterna, que había quedado viuda antes de nacer yo, y nunca conocí a mi abuelo paterno, entonces desde siempre yo había visto a mi tío en esta casa y para mí suplió la falta de mi abuelo, pues se comportaba como tal conmigo y todos mis hermanos.
Teníamos una relación muy estrecha, nos gustaba mucho charlar de todas las cosas y él me enseñó mucho durante los años que vivió.
Cuando murió lo sentí mucho, porque además estuve cuidando de él en el hospital, con catorce años me quedaba para darle la comida o lo que le hiciera falta mientras trabajaban mi padre y su hermano, que eran sus sobrinos, hasta que venían para relevarme. Estuve con él en el hospital unos diez días, hasta que el último se lo llevaron a la Uci y ya no volví a verlo, por una obstrucción hepática murió.
El día que fue a la Uci era fin de semana, sábado y no estaba con él, pues estaba mi padre, recuerdo que vino a las 6 de la mañana, entro en mi cuarto y me dijo: -El tío Luis ha muerto-.
En un principio no pude llorar, no lo asimilaba, pero luego conforme pasaba el día se me hizo un nudo en el estómago y cuando pude deshacerlo empecé a llorar como un niño, con una pena inmensa, aunque siempre pensaba que estaba en un sitio mejor, pues siempre he creído en la vida después de la vida, desde bien pequeño, pero me daba mucha pena.
Después de su muerte pasaron un par de años, yo ya había aceptado su muerte y no pensaba en él para nada, pero un día tuve un sueño muy lúcido, muy luminoso en el que sabía que estaba soñando pero lo veía todo como si fuera la vida real, con una luz increíble, miraba el reloj en el sueño y veía que eran las tres de la mañana y me extrañaba porque la luminosidad de la calle desde mi casa a casa de mi abuela era increíble, con un cielo azul como nunca lo había visto, con las calles más bonitas de lo normal, todo limpio, las paredes de las casas conocidas blancas, incluso las que no lo eran, y yo me decía- tengo que ir a buscar a mi padre a casa de mi abuela-, recuerdo ver en el sueño la fachada de la casa como si fuera nueva, y ver la puerta abierta, de repente veo pasar a mi padre con su coche, que brillaba como si fuera nuevo recién sacado del concesionario, y que paraba en la puerta y me decía, entra, que te espera alguien...
Entré en la casa y vi luz al final del pasillo, en el cuarto que era de mi tío Luis, fui despacio, pues olía a colonia de Varon Dandy, que era la que gastaba mi tío, recuerdo hasta el olor, y cuando entré me vi a mi tío Luis poniéndose una camisa hawaiana y preparando una maleta de piel marrón muy bonita, el cuarto iluminado por una luz blanca muy bonita que no sabía de donde venía, me sorprendí al verlo y le dije:- ¡Tío!, ¡estás vivo!, ¡pero si moriste en el hospital! ¿qué haces aquí? y él me dijo:- No, Juanma, los médicos me consiguieron curar, estoy bien, ahora me voy de vacaciones a Barcelona, quiero que estéis tranquilos y que nos os preocupéis, voy a pasarlo bien, dale recuerdos a todos y pórtate bien, hazte un hombre- entonces lo vi salir por el cuarto y dirigirse por el pasillo a la puerta de la casa y desaparecer por ella.
Recuerdo estar feliz en el sueño y de repente cuando desapareció me desperté y me quedé con una extraña sensación como de tranquilidad y de nostalgia, pero lo cierto es que ese "sueño" me impactó.
No sé si fue imaginación mía para compensar su falta, o en realidad mi tío Luis quiso despedirse de mí, pero lo cierto es que el sueño fue uno de los más claros que he tenido y creo en mi interior que él quiso despedirse de esta forma para que supiéramos que estaba bien, y sé que lo está. 
Querido tío Luis, allí donde estés, gracias por haberte despedido de mí y algún día nos volveremos a ver y volveremos a charlar de nuestras cosas, un abrazo.

4 comentarios:

Mónica dijo...

Muy interesante experiencia. Te recomiendo que te leas el libro "Estoy bien" de J.J. Benítez. Este tipo de "sueños" (tengo mi propia teoría al respecto pero aquí no voy a ir más allá) son mucho más comunes de lo que parecen y para mí son una clara comunicación de los que se han ido para decirnos justamente eso, que están bien.

Un abrazo.

Juan Manuel Mas dijo...

Gracias Eowyn por tus comentarios, y tengo el gusto de haber leído ya hace medio año el libro de J.J. Benítez del que me hablas, ahí me dí cuenta de que en realidad lo que hizo mi tío fue una despedida, yo creo que fue real, y sé que hay algo después de la muerte. Cuando gustes me cuentas tu teoría, me interesaría saberla, por privado, o como quieras, estoy en el face también. Un abrazo, amiga.

Anónimo dijo...

Juanma yo también pienso que hay algo después de la muerte! Como tu bien dices pienso que cada uno tenemos nuestras vivencias en estos temas y pienso que en algún momento si que se despiden de nosotros. Jose

Anónimo dijo...

Una experiencia muy curiosa, supongo que no todo es como creemos o como nos quieren hacer creer. Un saludo