En el año 2007 fue derrocado el único teatro que existía en mi pueblo, nuestro querido Teatro Chapí, que también era cine. En su lugar fue puesto un cartel con la promesa de construir otro Teatro modernizado y una escuela de teatro en el mismo terreno donde estaba ubicado, todo promesas electorales vacías y por supuesto, sin cumplir aún.
Por culpa de la política y de intereses oscuros de gente que "trabaja" en la misma este edificio lleva sin contruírse y sin dar servicios culturales a los crevillentinos más de ocho años, aparte de que se derribó sin, en mi opinión, tener que hacerlo, pues se podría haber restaurado y quedar como joya arquitectónica de nuestro pueblo, Crevillent, pero no, aquí todo se derriba, la identidad cultural de este pueblo ha quedado a la altura del betún, ya casi no quedan edificios emblemáticos que nos hagan sentir crevillentinos, todos los gobiernos que han pasado desde el principio de la "democracia" no han hecho otra cosa que destruir nuestro patrimonio histórico para en su lugar, construir edificios nuevos de dudosa arquitectura y borrar de un plumazo toda la historia y tradición de nuestro pueblo. Por ejemplo, hace poco también se derribó lo que quedaba de otro edificio emblemático, que también era un cine, la fachada del famoso Cine Iris, mucho más moderno que el Chapí, y símbolo del pueblo, que aunque estaba cerrado, era parte de la imagen de Crevillent, pero no, la política y nuestro querido alcalde dieron con la solución, derribo y verjado, para que no "moleste" y a otra cosa mariposa, es indignante.
Y así ha pasado con todos los edificios antiguos de Crevillent, como el castillo del Duque de Arcos, la Ermita de San Cayetano, en la sierra, que ha sido "restaurada" de una manera horrenda, perdiendo todo el encanto medieval de la misma, o "Els Pontets", cementado de forma tosca y perdiendo la esencia musulmana de la España Medieval, dejando perder las acequias que le siguen, dejando perder los depósitos de agua de la sierra como el que hay cerca del "Sext Molí" o la piscina "dels carafals".
El ayuntamiento de Crevillent no ha sabido ni sabe conservar lo que ha habido en Crevillent, por motivos económicos ha dejado perder todas las joyas arquitectónicas que existían y que daban identidad al pueblo y es una verdadera pena, pues este pueblo aun puede merecer la pena si hiciéramos como otros pueblos vecinos, como Catral o ciudades como Elche, que conservan lo que tienen y lo engrandecen, no lo derrumban para construir algo nuevo, ellos lo quieren como ha sido siempre, para que las nuevas generaciones aprendan de las viejas y se sientan identificados siempre como vecinos únicos de su pueblo o de su ciudad.
Crevillente se convierte poco a poco en una ciudad sin identidad y sin motivación para permanecer en ella, ni para gastar en ella, pues apenas tiene lugares donde ir para divertirse, sobre todo para la juventud, eso nos hace irnos a pueblos vecinos a gastar nuestro dinero y a salir, haciendo que Crevillent sea ciudad dormitorio, esta es mi reflexión, esperemos que despertemos y hagamos un cambio cuando volvamos a votar, a ver si entra alguien que de un vuelco a esta situación.
Bueno, después de esta reflexión voy a escribir sobre mis recuerdos sobre el Teatro Chapí.
El Teatro Chapí fue el primer cine al que fui cuando era un niño, no recuerdo exactamente la primera película que vi allí, creo que fue "Los Cazafantasmas" o "Superman 2", me gustaba mucho el ambiente que había allí cuando entrábamos a ver una pelí, el característico olor a humedad de edificio viejo, las butacas raídas por el tiempo y la cantidad de pieles de pipas, que luego prohibieron comer, que había en las mismas. Recuerdo que podíamos quedarnos a ver dos películas seguidas, así que pasábamos unas tardes de gloria mirando películas nuevas, y todo a lo mejor por cien pesetas o ciento cincuenta, ¡qué tiempos!.
Recuerdo que a finales de los años Ochenta lo cerraron como Cine y solo lo abrían para realizar actos culturales, como obras de teatro de los colegios, o de compañías modestas que venían, o para conciertos de música, o de coros, tengo muy presente el primer concierto de música clásica que ví, que tocaron las cuatro estaciones de Vivaldi, y la verdad es que me impresionó mucho, porque una cosa es escuchar la música en un cd, y está bien, pero otra muy diferente es escuchar esa misma música tocada en directo y sin micrófonos en un teatro, la música te envuelve, te penetra y la "sientes", sientes lo que el autor quería expresar con la misma, pero eso solo se vive en una teatro, en directo, y sin medios eléctricos, solo los instrumentos, los músicos y tu, escuchando, sintiendo...ufff, es genial, ¡de verdad!.
En el teatro Chapí hemos vivido muchas emociones, muchas películas entrañables, muchas historias que ya no volverán, porque ya no existe, ¡Cuantas parejas de novios han empezado allí!, ¡Cuantos sueños hemos tenido despiertos en este lugar mágico!, como en todos los teatros y cines del Mundo. Ahora siento nostalgia cada vez que paso por allí y no veo mi querido Chapí, a mí personalmente que me encanta el cine y el teatro, me parece sangrante para un pueblo que no disponga de un lugar para esparcirse culturalmente, ¡es indignante!.
Ahora que vienen elecciones empiezan a preocuparse de este tema, pero no son más que mentiras, pues no se ve una verdadera voluntad de construir este teatro, pues supondría una inversión millonaria, lo creo, pero es necesario, el pueblo tiene que tener su teatro, el pueblo tiene que tener cultura, y parece que no interesa a nuestro gobierno que la gente la tenga.
Como protesta hace un tiempo hice un video que voy a poner aquí para quien quiera verlo, es la escena final de una película mítica como es Blade Runner, obra maestra de la Ciencia Ficción, en la que cambié el dialógo y puse una crítica sobre el derrumbe del teatro Chapí y de esta situación, espero que sirva para concienciar a Crevillent sobre este problema y esta necesidad. Seguimos en el camino...
2 comentarios:
La pena es que por unos y otros--partidos políticos--el pueblo no tiene un teatro.
Recuerdo que cuando yo era joven hubo una "discusión" sobre la viabilidad de seguir-remozar-arreglar o construir uno nuevo teatro Chapí, con la "ayuda" de un famoso empresario, mecenas de toda la cultura crevillentina, pero las "cabezas pensantes" de este pueblo "no vieron" con buenos ojos que un empresario que hizo su gran fortuna teniendo a much@s trabajadores sin la legalidad exigida, pues fuera el artífice de un bien tan deseado como lúdico y necesario, como era hacer andar el teatro Chapí.
Y todo porque quería el mecenas que se pusiera una inscripción-lápida con el nombre y la fecha de la inauguración del susodicho teatro.
Yo tengo que decir que públicamente estuve a favor de que se hiciera quien fuera quien lo hiciese, ya que era más necesario que los impedimentos que ello suscitaba. Y aparte que, como todo el pueblo sabe TOD@S iban, como una procesión, a verle-visitarle, para pedirle-rogarle "una ayudita", y que sin esta "ayudita", muchos actos-asociaciones-personas-artistas-etc., NO hubieran existido o el pueblo hubiera-estaría como está hoy dormido-muerto.
Este comentario es mi vivencia ya que sé de buena tinta que lo que digo es tal cual.
Estoy de acuerdo contigo, seas quien seas, además conozco la historia del intento de mecenazgo del Chapí por este empresario, pero por lo visto había otros planes para sacar tajada del supuesto teatro, una pena y un desastre es lo que se ha convertido este pueblo, gracias por comentar, amigo. Un saludo.
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