GETSEMANÍ
Ya la brisa de la madrugada
mece los milenarios olivos
el el huerto de Getsemaní,
testigos del dolor, de la duda,
de la certeza de una muerte
anunciada.
Padre,¡ líbrame de beber este amargo cáliz!
Millones de pensamientos y de certezas
surgen en la mente del Rabí.
Ha visto el dolor, el sufrimiento
la guerra, el hambre, la enfermedad, la muerte,
el pecado,
todo lo futuro, todo lo pasado, todo lo presente.
Él lo sabe
Él lo siente
Él lo duda
Aun con su divina presencia,
es hombre,
también Dios,
Igual que nosotros a su imagen,
de ahí su duda, su miedo, su dolor y su pena.
Dura decisión del Padre.
Dura obediencia del hijo.
Todos a su alrededor duermen
el tranquilo sueño de la ignorancia.
Él lo sabe
Él lo siente
Él lo duda
Y no quiere dudar
Pero no quiere sufrir como hombre.
Su voluntad será cumplida.
La sangre será derramada.
para limpiar los pecados
de nuestra ignorancia.
Jesús lo acata, Jesús va a salvarnos
pagando con su vida, con su sufrimiento,
y nosotros seguimos durmiendo
ignorantes, impávidos ante el
supremo sacrificio.
Rezuma la sangre en su frente,
la suda con la visión
de un Calvario obsceno,
de una Cruz de muerte,
de un dolor infinito.
La duda se disipa,
Jesús sabe lo que viene
espera lo que llega,
terminará lo que el Padre anhela.
Él lo sabe
Él lo siente
Él ya no duda
Vuelve la certeza, el Padre
reconforta, la Fe vuelve,
Jesús siente el beso
de la traición, de la ignorancia,
Su tristeza es infinita, a pesar de ella.
Ya hemos despertado.
El sueño ha acabado.
Empieza la pesadilla de sangre,
con ella limpiará el Mundo.
Jesús ya es prendido
Todo se ha cumplido.
Juan Manuel Mas Candela
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