LA LEVEDAD DEL INSTANTE
Pasan fugaces las horas,
con la relatividad de los minutos,
la prisa de los segundos,
escapando las milésimas,
que configuran las dimensiones
terrenas.
Se enquistan los instantes
en tumores de dudas infundadas,
de amargas esperas infructuosas,
que nada anhelan,
que se tornan oscuras habitaciones
en la morada del alma.
La eternidad no espera
tiene prisa, pues no existe fuerza
capaz de parar su carrera.
Solo los momentos son eternos
en el transcurso del tiempo,
momentos en los que la vida
se siente, se encuentra.
Estos son los que configuran
el universo,
el propio, el de cada uno,
el momento es la materia
de la existencia.
De momentos fuimos creados,
y de instantes fuimos
aniquilados, en la levedad
de la existencia, un momento
es una eternidad,
y un instante basta para marchar.
Instantes configuran el momento,
ellos son los dueños del tiempo.
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