Es extraño la cantidad de recuerdos que se nos pierden en el transcurso del tiempo, vivencias que sucedieron hace muchos años a veces intentamos recordar y ni siquiera sabemos si han sucedido alguna vez o nos las hemos imaginado nosotros, otros recuerdos están siempre presentes en esos pequeños rincones del cerebro que no podemos definir y al estar pensando en cosas salen como por pequeñas grietas a través de los pensamientos cotidianos del día a día.
A mi me suele pasar esto mucho sobre todo cuando estoy trabajando, pues al estar realizando tareas que no requieren mucha concentración, como cargar, descargar o ir de un lado a otro en el camión, mientras pienso en mis cosas, o en las tareas, surgen a veces recuerdos de mi niñez, que creía escondidos y enterrados por el paso de la vida, pero a veces surgen tan nítidos como si acabaran de pasar.
Mi niñez transcurrió en los años ochenta del siglo pasado, hace casi cuarenta años, en el cómputo normal, pero en el cómputo del desarrollo tecnológico e industrial parece que hace siglos, pues en aquellos años ni imaginábamos la mitad de las cosas que hoy en día tenemos, aunque ya se veían esbozos de este futuro, lo veíamos lejano, muy lejano.
Recuerdo estar en la escuela y hablar del tema tecnológico y de como iba a ser el futuro, y todos pensábamos que en el año 2000 los coches volarían como en la película de Blade Runner, que iríamos con patinetes idem, que colonizaríamos el Espacio y que la Luna sería un lugar de vacaciones; qué ilusos éramos, no creiamos que el futuro iba a ser tan diferente.
Se me mezclan los recuerdos de aquella época, a veces he tenido sueños dentro de mi colegio de la niñez, y ver las clases como eran, otras el patio, otras los compañeros de entonces, pero por la razón que sea, los veía con otros rostros desconocidos para mi ser consciente, pero conocidos en el sueño, es extraño.
Se me han borrado muchas situaciones que allí viví, pues aunque lo intente no llego a arañar unas diez o quince escenas de esa niñez allí vivida.
Lo que si que recuerdo era la tranquilidad de aquellos años, por lo menos en mi percepción como niño, veía transcurrir los días con lentitud, veía a la gente mucho más amigable de lo que es hoy en día y a los padres menos estresados y cabizbajos.
Aunque eran tiempos duros, porque cada época tiene lo suyo, la gente vivía con más ilusión, el trabajo siempre ha sido escaso y problemático, pero en aquella época en España se habían conseguido muchas mejoras laborales que en décadas posteriores perdimos por nuestra falta de unión, pero eso es otra historia.
El Mundo que conocimos era un Mundo de esperanza a pesar de que siempre teníamos el miedo de una posible guerra nuclear, pues en plena guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética generaba una tensión mundial que podía desencadenar en un conflicto nuclear con las terribles consecuencias que eso podía ocasionar, posiblemente nuestro fin.
Como digo, eran otros tiempos, y yo como niño tenía una visión del mundo bastante inocente, pues la vida transcurría tranquila y la gente parecía más amable en aquel tiempo, todo el mundo se conocía en mi pueblo, los vecinos se preocupaban los unos de los otros, había fraternidad en los barrios, y como apenas había inmigración, no conocíamos los problemas derivados de la misma, nos sentíamos más seguros a pesar de la delincuencia ocasionada por esos años duros en donde la droga hacía estragos, todas las épocas tienen sus grandes problemas y la droga fue uno muy gordo en los ochenta, doy gracias a Dios por no haber vivido nunca ese mundo y no entrar en él, pues muchos jóvenes murieron por la ignorancia de este tema y acabaron enganchados hasta la muerte por la maldita heroína y otras sustancias que hoy en día por desgracia vuelven a repuntar.
Los recuerdos de aquella época se mezclan en mi mente y me gusta evocar el olor del aire en los días de mi niñez, el cielo azul, las tranquilas tardes de bocadillo de nocilla y series en la tele, viendo Barrio Sésamo, dibujos animados y por la noche los programas de El hombre y la tierra, de Félix Rodriguez de la Fuente, o el Arca de Noé, los sábados por la mañana, La Bola De Cristal y otras muchas series que por las tardes después de los dibujos, ponían en los dos canales de televisión que habían entonces, con un contenido cultural y de entretenimiento superior a la mayoría de programas de hoy en día, todo el mundo lo recordamos así.
Aquel Mundo de los ochenta fue quizás la mejor época que este país ha vivido tanto en términos políticos como sociales, pues la mayoría de familias podían vivir con un solo sueldo, el del cabeza de la misma, las mujeres empezaban a trabajar también, pero la mayoría eran amas de casa, y nosotros como niños siempre teníamos a nuestras madres en casa al llegar del colegio, teniendo ese apoyo emocional de tenerla cerca y cuidándonos, aunque parezca una actitud machista, pienso que nos proporcionó un equilibrio mental a nuestra generación que los niños de hoy en día no tienen por desgracia, hoy en día las prisas de los trabajos actuales, al trabajar los dos miembros de la pareja hacen que los niños estén siempre como desubicados y yendo de un lado a otro, con los abuelos o con cuidadores y como ya no juegan en la calle como nosotros, tienen una infancia que a mi parecer no es sana, pero la sociedad nos ha obligado a esto y nadie protesta para realizar el cambio, pues ya no tenemos unión como antes para exigir reformas, hemos caído en el conformismo vasallo de una generación desesperada por las hipotecas y alquileres abusivos, sin fuerzas para criar hijos porque el conseguir el sustentos se las lleva todas, nos hemos vuelto neuróticos esclavos del dinero, y nuestros hijos están pagando las consecuencias.
Son las doce y veinte de la noche y no puedo escribir más, seguiremos con este tema en otras ocasiones,pero de verdad, recordemos el Mundo que conocimos y la mierda de mundo, sin hablar del Covid de los cojones, que hemos creado, ojalá nos dieramos cuenta que podemos cambiar esto y volver a ser más humanos.
Seguimos en el camino, este es el camino, ser más libres y humanos...
2 comentarios:
Entiendo que pienses que cualquier tiempo pasado fue mejor, ya que todo parecía más fácil y divertido en nuestra infancia, pero el futuro es imparable y nosotros viajamos en él, y al igual que nosotros recordamos con añoro nuestros días pasados, piensa que los niños de hoy, seguramente les pasará lo mismo. Ellos también recordaran con nostalgia los días de tablets, móviles y videoconsolas. Quien sabe lo que nos aguada el futuro. Incluso puede ser que hasta ya no exista nada de esas cosas, y todo sea tan psíquico que cualquier objeto físico con los que ellos juegan ahora, sea un recuerdo tan arcaico como son ahora para nosotros los viejos spectrums o aquellas pequeñas maquinitas que no eran mas grandes que la palma de la mano y que solamente tenían un juego, y !Vaya juego! de lo más rudimentario.
Pues eso, amigo, que tenemos que aceptar con resignación el progreso, eso sí, nunca se debe olvidar nuestro pasado, solo quien recuerda su pasado puede arreglar el futuro.
un saludo y nos vemos el lunes.
Posiblemente tengas razón, pero no me gusta hacia donde avanza este futuro que se nos presenta, pues ya de momento el presente es tremendamente oscuro, pero bueno, todo se andará y ya veremos que pasa, gracias por tu comentario, amigo.
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