Como casi siempre empiezo este post pidiendo perdón a todo aquel que es seguidor de este viejo blog, sigo sin postear nada desde hace ya muchos meses, pero es lo que tiene la vida, por lo menos la mía, en la que estoy inmerso con mis quehaceres y obligaciones diarias, que no son pocas, pero claro, muchas me las busco yo y otras me las imponen, y como siempre, la pereza y la desidia me hacen postergar el escribir en este pequeño rincón digital de mi vida.
Hoy es uno de esos días en que estoy decidido a escribir algo, aunque sea solo para no olvidar este gran arte al que debería dedicar más tiempo, a ver si me pongo las pilas y lo hago, me fuerzo a plasmar pensamientos, opiniones o paridas, pero por lo menos escribir, poner negro sobre blanco para construir historias sobre lo que sea, pero ser creador de las mismas y si pudiera ser interesante o divertido aún mejor, aunque no están las cosas para muchas risas ni diversiones, pues el mundo está manga por hombro con el asunto del bichito este que está haciendo de las suyas a lo largo del mismo, menudo follón se ha montado con el mismo, y ya llevamos casi dos años, con avances, pero con pasos hacia adelante y pasos hacia atrás, veremos como salimos de esta, espero que no sea con los pies por delante, salgamos aunque sea por la ventana o la puerta de atrás, pero salgamos.
A veces pongo a divagar mi pensamiento y me doy cuenta de que la vida es algo extraordinario, un viaje en el que cuando rebobinamos recuerdos parece que estemos inmersos en el rodaje de una película larguísima, o mejor dicho en una serie de muchos capítulos, digamos que como una telenovela diaria, en la que cada día es uno de ellos, con su guion, su tiempo, sus diálogos, su trama, su desarrollo y su resolución o su continuará...
El viaje de la vida es algo realmente extraño, con giros de guion inesperados, con tramas increíbles, algunas felices, otras terribles, otras mixtas y otras planas, en las que la vida parece plana, pues hay poca gente que tenga la vida así, pero la hay, aunque puede ser muy aburrida cuando el guion de la misma sigue una linea recta y predecible de principio a fin, aunque reconozco que puede ser muy cómoda, pero falta de aprendizaje, porque la vida es eso, aprender, conocer, sentir y aportar parte de lo aprendido a quienes podamos para avanzar hacia adelante, aunque ese "adelante" no se sepa muy bien donde lleva, pero supongo que el camino está trazado y quien lo hizo sabe muy bien adonde tenemos que llegar, o eso quiero creer.
Las divagaciones de mi mente me llevan a tener pensamientos extraños en los que me invaden nostalgias pasadas mezcladas con esperanzas en un futuro mejor, que quiero creer porque sino nada debiera tener sentido, creo que en la vida sufrimos muchos avatares de lo que llamamos destino, en los que se nos pone a prueba para aprender de ellos, y aunque a veces las pruebas son tan duras que acaban con nosotros, hasta en esos momentos finales creo que seguimos aprendiendo para ir como dije antes hacia ese "adelante".
Aunque también es un error pensar en "adelante", pues si nos anticipamos a la vida, no disfrutamos del momento presente, ya que como dicen muchos maestros de la nueva era y de todos los tiempos, lo único que existe es el momento presente, el momento del ahora, en el que respiramos, en el que vivimos y en el que tenemos que centrar todo nuestro pensamiento y sentimiento, el futuro no existe, solo es la superposición de un momento presente sobre otro en línea hacia ningún sitio ni tiempo,pues el tiempo una vez contado, ya no existe, pues es otro tiempo, solo existe el ahora, y lo más difícil, la lección más difícil de la vida es darnos cuenta de esta gran verdad, pues nuestra mente vive tanto en el pasado, como en el futuro, raramente vive donde debe estar, en el aquí y el ahora.
De esta gran verdad me he dado cuenta muy tarde en mi vida, aunque es realmente difícil practicar el prestar atención al momento presente, vale la pena estar ahí siempre, si caminamos centrarnos en nuestro camino, nuestra respiración, no en donde vamos o venimos, sino en nuestro andar, respirar y sentir nuestro alrededor, reconocer que ese momento nunca más va a volver, nunca va a ser igual, todo lo que pasa ya no vuelve, la vida es un cinta que se va gastando y cada segundo se va enrollando de un lado al otro hasta que se acaba, es así, nadie ni nada puede pararlo.
Por eso debemos atesorar lo que yo denomino "momentos de eternidad", momentos en los que nos sentimos felices, plenos, satisfechos, en los que la vida nos parece lo que realmente es, maravillosa, hermosa y un regalo.
Uno de esos momentos puede ser el día en el que estás en la playa con tu pareja, con tus hijos, con tus padres o amigos, y sientes la brisa, el sol, el calor, el olor salino del mar, las risas, la armonía de las olas del mar, el cielo azul.
No es necesario que sean días especiales e inolvidables como pueden ser el día de tu boda o algún evento social especial, no, son momentos sencillos, en los que te sientes bien, y te alegras de que todo esté bien en tu mundo, a pesar de los problemas o de las carencias, en ese momento todo está bien, y ahí es donde hay que permanecer.
Los "momentos de eternidad" se graban a fuego en nuestro espíritu y son los que realmente le dan sentido a la vida, aunque los momentos amargos también se recuerdan, esos nos hacen valorar aún mas los buenos y nos preparan para ser fuertes en la vida, de eso se trata de ser más fuertes, de afrontar los retos que se nos dan, que se por experiencia que son muy duros a veces, pero si conseguimos salir de ellos, aprendemos mucho y llegamos a ser mejores versiones de nosotros mismos.
Soñar con una vida mejor no es algo inalcanzable, si nos ponemos a pensar en todo lo que hemos vivido, seguro que hemos tenido momentos maravillosos, ya sea en nuestra infancia o adolescencia, y momentos terribles, quizás en la juventud, o en la madurez, o en la vejez, o una mezcla de los dos tipos en cada etapa de la vida, pero si estamos aquí, si lo contamos, si lo recordamos, si nos duelen los malos recuerdos y nos alegran los buenos, es que estamos vivos, que sentimos, que seguimos en la linea del tiempo que la vida nos ha puesto y que hemos aprendido a lo largo de ella.
Pensemos que somos registros de vivencias, somos como discos duros que grabamos experiencia, que atesoramos recuerdos de audio, imágenes, vídeos y escritos, somos como ordenadores con la chispa divina de algo superior, que no quiero llamar Dios, por si algún ateo me lee, pero que se le puede parecer mucho, o no, o somos parte de una conciencia cósmica que no existe, que solo es posible si unimos nuestras mentes en un pensamiento colectivo como el que Carl Gustav Jung definía como Inconsciente colectivo, y este es el verdadero "Dios", aparte de mis creencias, y si nosotros somos "Dios" y nos retroalimentamos pensando que hay alguien ahí fuera que nos creó y en realidad somos nosotros mismos nuestros creadores, o somos un pensamiento de alguien que piensa que ha sido creado y a la vez es él mismo el que se crea por pensar, en fin, una auténtica rallada mental en la que no vamos a encontrar solución, pero pajearse mentalmente con este tema puede ser muy estimulante, sobre todo para sentir la conexión cósmica con el todo, y el todo con nosotros...
Seguimos divagando mentalmente, en el camino, siempre...
2 comentarios:
Pues sí, Juanma, hay que vivir el presente, el aquí y ahora. Todo lo que hemos vivido nos ha formado como personas, y aunque pensar en el futuro no es nada malo, no hay que obsesionarse con nuestros deseos, ya que a veces pueden ser inalcanzables y eso nos llega a causar fustraciones. Lo mejor, lo que tu has dicho, vivamos el presente con la ilusión y la fuerza de un niño.
Un cordial saludo.
Gracias por tu comentario, te recomiendo que leas un libro titulado El Poder del Ahora, estas ideas están extraídas de él, es de Eckart Toille, un cordial saludo.
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