Era un día normal, de esos en los que parece que el mundo esté siempre en armonía y sereno, cosa muy alejada de la verdadera realidad cotidiana, porque todo lo que ocurre alrededor es siempre dinámico y en movimiento, casi como en un caos ordenado que va surgiendo desde primera hora de la mañana y va creciendo conforme avanzan las agujas del reloj en la absurda esfera que decimos que contiene el tiempo. Nunca he sabido exactamente lo que significa el tiempo, ya que a veces es elástico, otras veces pesado y siempre pasa deprisa, como en un torbellino que nunca para y que inexorablemente todo lo consume con su paso fuerte y decidido, que nadie es capaz de parar, ni siquiera el mismísimo creador es capaz de parar el reloj perpetuo de su Creación. Aunque es posible que su creación no tenga reloj, porque siempre ha estado ahí, y siempre estará, aunque no sean nuestros ojos los que contemplemos la eternidad, ya que somos seres finitos, siempre existirá algo que inexorablemente sea víctima de lo que nosotros en nuestra terrible ignorancia llamamos tiempo y Dios lo llama “pensamiento”. El pensamiento es la fuerza creadora del Universo, ya que Dios creo el mismo pensando lo que iba a hacer, y ¿que pensó?, pues pensó un Universo lleno de Energía, de energía bruta, sutil y divina, esa energía es todo lo que nos rodea y es todo lo que está dentro de nosotros, con la diferencia que la vida tiene el soplo de la divinidad, toda forma de vida es una parte del pensamiento de la energía divina de Dios. Y ¿qué es Dios?, no lo se, creo que Dios es todo, desde el átomo hasta la montaña, desde el paramecio hasta la ballena azul, desde la estrella hasta el universo entero, Dios es energía y la energía es todo, ya que ni se crea ni se destruye, solo se transforma, es como el viejo juego del Tente, piezas que se colocan para construir cosas, pues Dios creo al tente divino en forma de varios tipos de energía, y el con su infinita inteligencia construyó el Universo uniendo esas piezas a su antojo, creando la vida y las estrellas, la luz y el increíble y bello panorama que vemos cuando echamos un vistazo al cielo y contemplamos las maravillas de la creación. Era un día normal, de repente, dejé de pensar y me puse a trabajar.
Juan Manuel Mas Candela
No hay comentarios:
Publicar un comentario