Sentado aquí enfrente del ordenador se me ha ocurrido algo sobre lo que escribir esta tarde de Domingo. Voy a hacer una pequeña reflexión.
No se si recordais una escena de la película Mad Max, más allá de la Cúpula del Trueno, en la que los niños salvajes están contando la historia que ellos sabían sobre sus orígenes y el por qué estaban en la situación que les acontecía. Ellos le contaban al protagonista de la peli, Mel Gibson, como estaban esperando a un capitán llamado John Smith para que les llevara al mundo del mañana mañana, un mundo donde habían ciudades, aviones, cines, coches y toda clase de "modernidades" que ellos ni siquiera llegaron a conocer, un mundo en el que serían felices y podrían vivir , no sobrevivir penosamente como ahora. Cual fue la desazón del protagonista de la peli al comprobar que ellos hablaban de un pasado remoto, que todo era una ilusión porque ya no exisitía ese mundo del mañana mañana porque la devastación humana lo había aniquilado.
Esta escena es muy evocadora, no por su apocalíptico mensaje, sino porque me hace mirar atrás hacia un mundo o mejor dicho hacia una España que yo conocí, la España del mañana mañana, la que me gustaría volver a ver pero que nunca más será; la España en la que la gente trabajadora podía vivir y en la que casi no faltaba el trabajo, en la que con un solo sueldo una familia podía vivir cómodamente, sin lujos innecesarios pero decentemente. Una España en la que los trabajadores teníamos derechos, en los que los sindicatos valían para algo, una España en la que las empresas pagaban los libros a los hijos de los trabajadores, en donde la gente que quería trabajar podía hacerlo sin problemas, quizá era una España más ingenua, más ignorante y menos "progresista", pero estaba ilusionada por su porvenir, la gente tenía ilusión por salir adelante y por labrarse un futuro. Era una España en la que había alegría por vivir, en la que la gente quería aprender a ser habitantes del futuro que parecía tan prometedor, era una España progre, que salía de una dictadura que no fue tan dura como quieren hacernos ver pero no por eso dejaba de ser una dictadura. En esta España los niños aprendían con la televisión, en vez de ver programas basura en donde tiran por el suelo todos los valores que en aquella España nos enseñaron, la vida era mucho más lenta de lo que es hoy en día, apresurados por todo, hasta los niños son esclavos de la prisas de sus padres porque nos han engañado con el sueño materialista, tenemos más juguetes pero disfrutamos poco de ellos y de la vida.
Por eso soy como los niños de Mad Max, sigo buscando un capitán John Smith que me devuelva a el mundo del mañana mañana y sobre todo la España del mañana mañana, la que nunca más volverá porque nosotros mismos la hemos aniquilado.
2 comentarios:
Creo que viviste ese mundo del mañana mañana como yo, siendo un crío pequeño.
Desengáñate, ese mundo nunca existió. Solo es la apariencia que de él teníamos los niños inocentes, ignorantes de las complejidades de la vida real.
En los años 40 aún había presos de conciencia. Pero sobre todo había hambre, mercado negro de comida y racionamiento en el mercado oficial. Y eso no paró hasta que el entonces obispo, después cardenal Tarancón, denunció públicamente que el racionamiento solo servía para enriquecer a unos pocos.
En los años 50 y 60 los sueldos eran tan miserables y las condiciones sociales tan insoportables que millares de españoles tuvieron que emigrar a Europa o América.
En los últimos 60 y 70 España se fue industrializando y modernizando algo. Lo justo para que las multinacionales pusieran fábricas aquí, por lo baratos que eran los trabajadores españoles en comparación con otros europeos. Se empezó a ganar dinero. Y se empezó a gastar. Después de 30 años de crisis de verdad (y no esta birria) la economía volvía a ir bien.
Pero hacia la segunda mitad de los 70 la crisis del petróleo llegó a España, siempre rezagada. Y el empleo empezó a escasear. Y en los 80 González impuso el Thatcherismo-Reaganismo, que nos desindustrializó, que precarizó el empleo, que devaluó toda formación profesional, incluso la universitaria.
Y en los 90 y en el tercer milenio... Bueno, eso ya lo hemos visto, estamos en lo mismo: Sueldos a la baja, precios al alza. Algo exagerado en la vivienda, pero en el resto casi ni se nota. Un café, de 100 a 166 pesetas. Una comida, de 1.200 a 2.000 pesetas. De un día para el siguiente. Pero, claro, ¿quién protestó en serio? ¿Quién dejó de comprar hasta que los precios se normalizasen?
Los valores que te enseñaron no sé cuáles serían. Lo que se ve que a los españoles no nos enseñaron fue VALOR, en singular. Porque si la gente protestaba pidiendo un sueldo digno, la guardia civil les ametrallaba, como en Vitoria en el 76 ó 77, estando ya el rey, no Franco. Como en Barcelona en 1917. Que Franco no fue el primero, solo el penúltimo.
El primer valor es el de la persona en sí misma. La persona como un ser independiente, sin necesidad de estado, familia ni tan siquiera Dios. Todo eso llega después de ser persona, no antes. Sin personas, con solo individuos despersonalizados, sin pensamiento ni voluntad propios, no hay nación ni sociedad, ni familia ni iglesia, solo una grey mujiente.
El segundo valor es el de las cosas de valor que hace la persona. El valor se lo asigna la propia persona y lo ha de defender frente al resto de las personas. Porque somos lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos. Esa es nuestra vida y no podemos dejar que los demás nos lo quiten.
El tercer valor es el de las cosas que las personas, esta vez juntas, hacen. Y ese valor ha de ser pensado por esas personas y no otras. En la familia, en la sociedad y hasta en pareja con tu dios. (O cuaterna si uno piensa en la trinidad).
¿Cuándo fue la última vez que oíste a alguien regatear el precio de un trabajo? ¿El precio de un coche? ¿El de una casa?
Los españoles quizá tengan valores, pero no parecen tenerlo claros: Paredes de pladur a millón el m2 cuando hay 2 millones de casas vacías y la mediana del sueldo es de casi 1.000 euros. Más de 40 horas de mal trabajo incluso por menos de mil euros. Y ojo, que son horas irrecuperables, vida que te pagan como si te sobrase.
Los españoles tampoco parecen querer defender sus valores: Aznar no prohibió el aborto ni el divorcio y González y Zapatero aún no han socializado ninguna empresa ni lo van a hacer. Pero ninguno de sus respectivos votantes se lo ha echado en cara.
Yo por lo menos tengo el valor de reclamar al gobierno y a la oposición que se pongan de acuerdo ya. Matrimonio intragénero, vale. Pero, ¿para cuándo el matrimonio de tres? (O cuatro o los que sean). Que si no, a ver quién paga la hipoteca, que los tipos de interés están volviendo a subir.
En defensa de la familia y de una vivienda digna, matrimonio multitudinario ya. :P
Te agradezco de todo corazón tu comentario y estoy de acuerdo en casi todo lo que comentas, de hecho, creo que es el comentario más largo que hasta ahora he tenido, que no son muchos. Tienes razón en que en la primera mitad del siglo XX en España se pasaron 40 años de penurias económicas y también de valores, piensa que salíamos de una guerra civil y con un bloqueo comercial terrible que no nos dejaba respirar, a pesar de todo este país salió adelante y en los años 60 se empezó a "modernizar", la clase obrera, entre la que yo me encuentro empezó a exigir derechos y los consiguió a pesar de estar en una dictadura, vale que no había libertad de expresión, vale que había represión, pero la gente vivía bien, esos 30 años desde los 60 a los 80 fueron un boom en España, los trabajadores ganamos dinero y muchos pudieron pagarlo todo y además comprar una segunda residencia, como un campo o apartamento en la playa, cosa impensable hoy en día. Es verdad todo lo que dices y además creo que tienes toda la razón en decir que a los españoles nos falta valor, solo tienes que ver en Francia que quieren jubilar a los 62 años y la que están liando y liaran, nosotros nos jubilaremos a los 67 y hemos hecho una "juerga general" impuesta por unos sindicatos pusilánimes pagados por el gobierno para que esten calladitos y además sin apenas seguimiento, me pesa decirlo pero tenemos lo que nos merecemos y solo cuando lo pasemos mal de verdad será cuando empecemos a movernos para volver a exigir lo que ya teníamos.
Un saludo.
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