domingo, 2 de septiembre de 2018

LA DERIVA INTERIOR



Ante todo pido disculpas a todos mis lectores por la falta de formalidad en las publicaciones de este blog, escribo demasiado poco en él, menos de lo que quisiera, pero últimamente, como siempre,  mis circunstancias me hacen no tener tiempo para dedicarle a este pequeño espacio cibernético de mi vida, pero ya estoy aquí de nuevo otra vez, aunque sea tarde, la dicha es buena.

Últimamente mi espíritu está inquieto, pensando en todo lo que está sucediendo en el Mundo, que vemos en la televisión, aunque en cierta manera es como siempre, un caos, un puñetero caos que nos sumerge en la eterna preocupación por el futuro, que nos hace ver todo negro y nos quita la energía, las ganas de cambiar todo esta existencia a mejor, porque no vemos solución a la sin razón de la existencia humana, aunque siempre nos queda ese poso de rebeldía que en ciertos momentos aflora y dice:  ¡Basta!, no aguanto más, y nos da por luchar por una o varias causas aunque sepamos que somos una hormiga en un vasto universo, pero el Universo sería menos sin esa pequeño hormiga, no?.

Voy a la deriva en mis pensamientos, centrados en divagaciones, en tormentas mentales por sucesos, por experiencias, por recuerdos y por la impotencia que siento a veces al no poder hacer nada por cambiar cosas de mi entorno.
En los últimos meses he vivido varias muertes de amigos por culpa del cáncer, amigos con los que he hablado, conversado, ayudado y también llorado, sintiendo una culpa que sé que no es mía, pero que duele igual que si lo fuera, porque yo he sido enfermo, como sabéis, y cuando alguien lo está y habla conmigo, si no supera la enfermedad, me siento culpable, aunque es una culpa tonta e ilógica, pero lo siento así, la culpa del sobreviviente, porque ellos no lo han superado y yo de momento, sí.

Aunque hay muchas esperanzas de curación o remisión hoy en día, la gente sigue muriendo por esta plaga, por esta pandemia mundial, jóvenes y viejos, niños e incluso bebés, y cuando ves esta terrible realidad, todo tu mundo interior se revuelve y se agita, porque quieres ayudar, quieres que las personas que conoces y que contactan contigo se salven, y a su vez ellas puedan ser ejemplo de vida y de superación, pero no siempre es así, supongo que Dios, la Vida, El Universo o la energía que tenemos a querido que yo permanezca aquí, y ellos no, esa dicotomía existencial me hace volverme loco, pues no entiendo el porqué de estas "injustas"situaciones. Solo el de arriba sabe la razón, insondable para nosotros, los mortales.

A veces me quedo sin palabras, sin saber que decir ante una persona que se que se está yendo al otro lado por la enfermedad, y me limito solo a escuchar y a asentir, e incluso a llorar con ella por su situación, a veces el silencio es la mejor de las respuestas posibles a las preguntas incontestables de aquel que está terminal.

He hablado varias veces de una técnica psicológica que aplico muchas veces en mi mismo y que recomiendo a quienes están mal, ya sea por la enfermedad o por las circunstancias adversas de la vida, y es el fabricarte lo que denomino "tu refugio interior", en donde recuerdas los buenos momentos de tu vida hasta ahora, lo que te gusta, lo que quieres, lo que amas, lo que quisieras hacer, y permanecer ahí dentro durante las tormentas de la vida, refugiado, seguro, en tu interior, ahí nadie te puede hacer daño ni arrebatarte nada...es fácil decirlo, pero lo difícil es hacerlo y que te funcione, yo lo hice cuando estaba enfermo y me fue bien, pero claro, cada persona es un mundo, y no todos podemos pensar de este modo o creer en estas técnicas, pero merece la pena intentar estar mejor del modo que sea posible, esta es una buena manera, sencilla y personal, nadie te obliga, solo querer hacerlo tú.

Nunca pensamos en la muerte, la escondemos y la negamos, y está siempre presente, como es, parte de la vida también, y tenemos una asignatura pendiente en nuestra sociedad occidental, que es, aprender a lidiar con ella, aprender a morir, a que tenemos que dejar esta esta existencia un día u otro, pues nadie se queda aquí para siempre, pero nuestra lógica nos hace pensar que nacemos, crecemos, envejecemos y morimos, y la realidad es que se muere en todas las etapas de la vida, y a quien le toca la "nefasta" lotería, le toca y punto, por azar o por destino, pero la realidad es tan dura.

Aprender a ver la vida como un camino que no es lineal, aunque quisiéramos que así fuera, pero está lleno de curvas, de baches, de obstáculos, pozos, pantanos, tormentas, vendavales, terremotos, y en nuestra mente racional y "perfecta" deseamos que todo vaya seguido, sin problemas, sin sobresaltos. 
Existen personas a las que les va así, muy pocas, pero la gran mayoría siempre topamos en un momento u otro con los muros de la realidad, y de nosotros depende treparlos, derribarlos o sortearlos de la forma que mejor sepamos, aunque el muro se nos venga encima, por lo menos intentar protegernos de la mejor forma posible, siendo ecuánimes y las mejores personas posibles. esas dos cualidades pueden ser buenos cascos en la obra de la vida.

De todos modos todo esto no son más que palabras, ver los toros desde la barrera es muy sencillo y seguro, hay que estar en el ruedo para saber lo que se siente, lo que se sufre, lo que se lucha para sobrevivir y que la vida no nos de la cornada mortal, siguiendo el símil taurino, por eso muchas veces me siento a la deriva, yo sé lo que es estar en el ruedo, y ahora estoy en la barrera, pienso que solo puedo aconsejar, pero los consejos a veces son solo palabras vacías, se necesitan más cosas para poder ayudar a quien lo está pasando más por la enfermedad, medios, medicinas, empatía y comprensión de la sociedad, que por desgracia sigue faltando, tanto en los hospitales como en el ámbito laboral y social.

Muchos problemas tienen los enfermos, se quedan en el paro, les falta comprensión de familiares, amigos, los hospitales se saturan y los médicos no aciertan muchas veces con las medicaciones ni los tratamientos, por las esperas, por la saturación, todo esto es lo que de verdad hay que resolver y en nuestras manos está cuando vamos cada cuatro  años a las urnas, de cambiar. Se necesita cambiar en este país, la Sanidad está en una deriva peligrosa, vamos a pensar como hacerlo.

Seguimos en el camino, en la deriva, pero seguimos...


2 comentarios:

MTeresa dijo...

Gracias por tan buenos consejos de vida.

Juan Manuel Mas dijo...

Gracias a tí, por tus comentarios y tus escritos, eres muy grande, me alegro de que te gusten los míos.