lunes, 26 de diciembre de 2022

SENTIDO

 


Cuando pensé en escribir por primera vez este blog, en el año 2007 no sabía en realidad que iba a durar tantos años plasmando pensamientos en él, la verdad es que surgió como una especie de experimento en el que comenzar a escribir ideas hilvanadas poco a poco en mi pensamiento y no sabía que es lo que iba a surgir de todo ello.

El nombre del blog se lo puse en honor al libro que Viktor L.Frank escribió contando su experiencia vital como prisionero en el campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial en la Europa invadida por la Alemania Nazi.

Buscar el Sentido, si, buscar el por qué de todo, la razón de esta existencia, de esta vida, de este Mundo, de todo lo que nos pasa, de todo lo que pensamos, de todo lo que vivimos. Algo tan sumamente difícil que posiblemente nadie haya encontrado una verdadera respuesta satisfactoria y lógica.

Pero hemos aquí, viviendo, pensando , existiendo y pasando la vida intentando comprender el día a día que vemos pasar ante nuestros ojos por la inexorable cuenta del tiempo, que se nos ha dado y que tenemos que vivir hasta el momento final de nuestra existencia.

La razón de este blog fue intentar plasmar todas mis inquietudes por escrito después de haber pasado una enfermedad muy grave que trastocó toda mi vida, que le dio la vuelta a todo lo que pensaba sobre la misma y me hizo madurar de una forma que yo nunca pensé que pasaría.

Sentí desde el minuto uno de mi experiencia con este desafío que la vida me había puesto, que debía contarla, que debía plasmar en negro sobre blanco todo lo que me ocurría, y todo lo que se me pasaba por mi pensamiento durante esos momentos en los que yo veía la vida sin sentido, como un absurdo que no quería aceptar, pues no veía lógico ni necesario tener que pasar por todo lo que pasé, pero la vida es lo que te pasa mientras haces planes para el futuro, como dijo el gran John Lennon y esa es la realidad.

Me costó mucho aprender a aceptar mi situación y cuando la tormenta me pilló de lleno en mi salud y en mi vida me di cuenta de la fortaleza interior que tenemos y que nos hace aguantar las embestidas que a veces nos da esa misma vida, la razón no podemos ni imaginarla, pero si que nos hace aprender grandes lecciones que de otra forma no lo haríamos.

Con la perspectiva del tiempo pasado y mirando atrás todo lo que ha sucedido en mi vida desde que empecé a escribir este blog puedo decir que algo he aprendido, como por ejemplo a plasmar de mejor manera mis pensamientos y con ellos liberar demonios interiores que rondaban en mi espíritu, siempre un poco censurados por el miedo a la crítica y vergüenza que pudieran provocar mis palabras, lección que tengo que aprender a no temer, pero poco a poco voy siendo más sincero y menos preocupado por estas cosas banales.

De este blog salió mi libro "De eso se trata la Tormenta" en donde narro toda mi vivencia con la enfermedad del Cáncer, si sois seguidores del blog hay varios post sobre el mismo y podéis encontrar mucha información aquí mismo.

Una de las cosas que me sorprendió al leer el libro "El hombre en busca del Sentido" de Viktor L.Frank, el que nombré anteriormente por el nombre de mi blog fue el paralelismo que hice al leerlo con una de las vivencias terribles que cuenta en el mismo al entrar al Campo de Concentración.

Por lo visto lo primero que les hacían a los prisioneros era despojarlos de todo, de las joyas, de los objetos personales y de la ropa, los rapaban al cero y los mandaban a las duchas de agua helada con desinfectante para luego darles el pijama famoso de rayas para ingresar en el campo.

Allí se quedaban todos paralizados, muertos de frío, calvos, desechos ya de primera, despojados de todo lo que les hacía humanos.

Cuando leí esta vivencia sentí que en cierta manera y sin punto de comparación en el sufrimiento, por supuesto, la quimioterapia agresiva a la que me sometieron me hizo pensar en esta escena, pues me sentía que me despojaban de lo que me hacía humano al quitarme la vitalidad, el pelo, darme la debilidad y sentirme como un guiñapo, cuando veía sus efectos no podía dejar de pensar en esta vivencia contado por Viktor.

Sé que es demasiado exagerado comparar una cosa con la otra, pero el paralelismo, guardando las tremendas distancias, para mí fue así, en un principio.

Siempre ha querido contar esto, pues ha estado años rondando por mi pensamiento, ahora me he decidido a plasmarlo.

Como enfermo de cáncer que he sido pienso que aunque la medicina está muy avanzada y cada vez más las quimioterapias son menos agresivas, hace veinte años no era así, y aún hoy en día supongo que en mi tipo de tumor se seguirán usando las mismas terapias, aunque seguro que mejoradas.

En mi opinión creo que la agresividad en la cura de esta enfermedad es algo que deberá ser temporal, hasta que la medicina encuentre maneras más benignas de tratar este trastorno que el cuerpo produce por razones que aún hoy en día, la mayoría de veces son desconocidas.

Otro de los paralelismos que se me vinieron a la mente en referencia a mi vivencia con otras contadas por escritores, fue el descenso a los Infiernos narrado por el gran poeta florentino Dante Alighieri, pues yo he descendido dos veces al mismo y por desgracia no había ningún Virgilio que me guiara ni me socorriera en el mismo. 

Los tratamientos a los que me sometí fueron tremendos, para olvidar y no desear a nadie, pero gracias a ellos estoy aquí escribiendo esto en el año 2022, después de 22 años desde el primer diagnóstico, pero eso no quita que la experiencia fuera tremendamente dura, y si existe algo parecido al infierno, entre los muchos infiernos que la humanidad crea, la quimio es uno de ellos, y como digo, yo he ido allí dos veces, y cada vez que bajé dejé algo allí, un hueco que tardé años en llenar luchando en la vida por conseguir mis objetivos, y sobre todo por vivirla.

Cuando atraviesas el Infierno siempre dejas algo en él, dejas un vacío, pero lo bueno es que ese vacío luego lo puedes llenar con cosas buenas que la vida te va brindando, de ti depende el llenarlo de cosas positivas, pues las negativas no caben en él. 

Busqué el Sentido en todos estos años, sobre todo en la época en la que estuve enfermo y lo único que encontré fue que el sentido de la vida solo depende de nosotros, de que intentemos vivirla lo mejor posible, es decir solo podemos dárselo si dejamos que todo fluya, que la vida transcurra, que ocurra lo que tenga que ocurrir, y si es bueno, estupendo y si es malo, aprender de ello, llegar a tener la sabiduría de no sucumbir al sinsentido es la verdadera lección de esta vida.

Seguimos aprendiendo, a veces sinsentido, otras con todo el mismo, pero siempre en el camino...

 


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