sábado, 15 de abril de 2023

UN PASEO EXTRAÑO....CAPÍTULO 2


 Su pregunta se quedo reverberando en el aire durante unos dos segundos que parecieron eternos debido al eco que se producía en el interior de aquella vaguada. Sus sentidos se pusieron totalmente atentos, aunque el pitido de su oído izquierdo no cesaba, es más, iba en aumento como cambiando de tono, como si se acercara ese sonido interno hacia él;  para ver si alguien respondía, pero no oyó ningún sonido, ni siquiera un soplo de aire, todo era una calma totalmente anómala.

Empezó a desvanecerse el pitido molesto pero en su mente volvió a escuchar esa voz aguda, infantil que le decía: _tú ya sabes quien soy_ me conoces_ .

Se frotó los ojos nervioso, no sabía por qué escuchaba esa voz en su cabeza, no veía nada nuevo en aquel lugar, el silencio parecía denso, le oprimía en el pecho una sensación de ahogo, como de ansiedad ante aquel momento tan extraño que estaba viviendo.

No tenía ni idea a que se refería aquella voz que le decía que él sabía quien le hablaba, no se imaginaba quien o qué podía ser, pues era la primera vez que le ocurría una experiencia de este tipo, aunque había leído sobre ellas, no era lo mismo que protagonizarla en primera persona.

Pensó también quien podría haberle dicho lo de La Ciudad de los Enanitos Amarillos, era un nombre un poco infantil, aunque este lugar bien merecía este nombre, no adivinaba y quería saber por qué existía esta supuesta ciudad en este lugar, y quienes eran esos Enanitos Amarillos.

Poco a poco la sensación de desasosiego fue desapareciendo y la calma se iba apoderando de él, se dio cuenta de un detalle en el que no había reparado, el Sol tardaba más de lo normal en ponerse, parecía que el tiempo se había detenido en ese lugar mientras escuchaba estas voces, miró el reloj de pulsera y eran las 7:55 de la tarde en el mes de mayo, lo extraño era que el segundero no corría, no se movían los números en su reloj digital, por lo tanto estaba seguro que entró en lo que conocía por sus lecturas como una "burbuja de tiempo", un fenómeno descrito por algunos nigromantes y brujos de la antigüedad cuando se encontraban con seres de otras dimensiones, entre ellos los seres elementales. La sensación de estar mucho más tiempo dentro de este fenómeno era de muchos más minutos.

Recordó que la voz le había dicho que le dejara unas galletas encima de una piedra, inmediatamente obedeció y rebuscando en su mochila sacó el paquete de las mismas, cogió tres galletas y las depositó en ese lugar.

De repente su oído derecho zumbó como si un gran insecto pasara rozándolo ,en un visto y no visto las galletas que había dejado en la piedra desaparecieron dejando una estela apenas visible por la rapidez con las que fueron cogidas.

En ese momento se empezaron a escuchar los sonidos de la naturaleza normales de este lugar, el aire empezó a circular y los pájaros empezaron a cantar normalmente, parecía que la "burbuja" se había desvanecido, miró su reloj y el segundero corría, marcaba las 7: 56 e iba como siempre.

Toda sensación de malestar y agobio se esfumó, de repente una gran tranquilidad sintió en todo su cuerpo, su mente se despejó pero la misma voz que le había hablado antes resonó de nuevo: _gracias por tus galletas_ las necesitábamos para alimentar unos polluelos_.

Al escuchar de nuevo la voz creyó que estaba enfermando de algún tipo de locura, no era normal escuchar estas cosas estando a solas, aunque en su interior sabía que eran verdad, de hecho había presenciado como las galletas desaparecían de forma abrupta, no había duda que algo físico las había cogido.

Recordó de sus lecturas y charlas esotéricas con entendidos en la materia, que los seres elementales suelen bromear con quienes entran en sus dominios, a veces piden cosas, otras juegan a engañar , confundiendo a los pobres solitarios que se encuentran con ellos, pero normalmente no suelen hacer daño a nadie, incluso a niños extraviados les han brindado ayuda en momentos críticos como la noche, hay historias contadas por los mismos de que en las frías noches en bosques que se habían perdido, una Dama blanca, luminosa y muy guapa los acompañaba, les daba calor, comida y agua, quizás sean las hadas que siempre quieren proteger a los más débiles en la naturaleza.

Este pensamiento le confortó y como en una plegaria le dio gracias al ser que se puso en contacto con él para que le diera las galletas, esto confirmaba que existe otra realidad y seguramente algo o alguien le había guiado en este extraño paseo a este lugar en el que conocía pero que había cambiado de realidad, pues la Ciudad de los Enanitos Amarillos nunca había aparecido en otros que realizó antes del mismo modo.

Se dispuso a regresar por el mismo camino que había venido, sorteando las collas llenas de agua, trepando las paredes de la vaguada, intentando no tocar las venenosas adelfas, pensando en la situación tan extraña y tan peculiar que había vivido, aunque no había visto nada fuera de la realidad, excepto la cueva amarilla con casitas, que se le había presentado en un lugar mil veces recorrido y en el que nunca había reparado; o había aparecido allí en el momento que él la vio, no sabía que pensar, el hecho era que estaba dudando de su cordura, pero tenía la prueba de las galletas, el zumbido y sus sensaciones físicas, quería confiar que esta experiencia había sido real.

Cuando descendió al principio de la vaguada, donde empezaban las collas, empezó a olerse de forma muy intensa el humo que anteriormente, al principio de entrar en este lugar de la sierra olió junto con el aire caliente, giró para entrar en el altiplano lleno de huertos serranos y su sorpresa fue mayúscula, todos los matorrales, los árboles y las carrascas se habían quemado, el calor era insoportable y los troncos de los almendros y árboles frutales estaban en brasas, no había llama pero todo estaba chamuscado y tirando humo, el fuego con llama no ardía, pero si sus cenizas y brasas, el paisaje era desolador, parecido al Infierno que Dante relataba en sus cantares.

No comprendía como había ardido esta zona tan rápido, apenas hacía una hora que había subido por la vaguada de las collas, no entendía como no había notado el calor del fuego y el humo de forma más clara, siguió la senda donde no había cenizas ni brasas e intentó volver a la cueva del grafiti.

Otra vez volvió a escuchar la voz en su cabeza: _Han destruido nuestro hogar_Si se van los Enanitos Amarillos, se irá la magia, ellos sustentan el equilibrio de este lugar _No permitas que se vayan_.

Ahora estaba seguro que no eran imaginaciones suyas, alguien le hablaba, alguien le pedía ayuda, pero si decía que lo conocía, ¿Quién podría ser?

Divagando sobre este tema aceleró el paso para salir de aquel lugar. Remontó la costera donde estaba la cueva del grafiti y sin dilación se alejó lo más rápido que pudo hacia la carretera que le llevaba al pueblo, sentía frío y la piel de gallina, había experimentado una aventura que no sabía como clasificarla, si sobrenatural , especial, mágica o las tres cosas juntas.

Decidió que tenía que consultar este tema con alguien que supiera de verdad sobre estas cosas, había oído hablar de un hombre que sabía echar las cartas ,que daba consejos sobre temas espirituales , curanderismo y energías. Preguntaría en el pueblo por él, tenía que saber que era lo que le estaba pasando, pues tenía la sensación que debía volver a este lugar para hacer algo por quien le había hablado en su mente....no sabría decir qué o quien, pero sentía que debía ayudar, este ser le conocía, tenía que averiguar cómo y por qué.

CONTINUARÁ.... 


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