viernes, 30 de agosto de 2024

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 32

 


 Dejaron todas sus pertenencias en el Salón, en un gesto como de costumbre, Josu encendió el antiguo televisor que había en medio del mismo, tardó unos segundos en dar la imagen en la pantalla, era un televisor de los años ochenta, pero aún funcionaba.

En la pantalla enseguida apareció un noticiario de una cadena nacional, en él se hablaba de que estaban sucediendo extraños fenómenos en todas las ciudades del País, el presentador alertaba de tormentas violentas, oscurecimiento de los cielos de forma inusual, una extraña epidemia de apatía que estaba afectando a la gente, los niños ya no reían, estaban asustados en sus casas, los adultos se silenciaban y ejecutaban sus tareas como si fueran zombis, nadie entendía nada.

Los hospitales estaban colapsados por gente que aún podía hablar llevando a sus familiares, los médicos también caían en la apatía, los funcionarios de igual forma desatendían sus tareas y todo derivaba en un caos, los coches no circulaban, parecía que la gente había olvidado conducir, salían por la calle en silencio y erraban hacia lugares que ni siquiera tenían sentido para ellos, buscaban solo ir de aquí para allá sin un control ni conocimiento, el caos se estaba apoderando de las ciudades.

El cielo azul se estaba tornado amarillento, grisaceo, las nubes negras iban cubriendo las montañas, el ambiente se sentía cargado de negatividad, la gente que no estaba afectada permanecía en sus casas para intentar no contraer esa extraña epidemia, pero iba avanzando.

Se reportaban avistamientos de luces extrañas en los montes y en el cielo, de criaturas oscuras en las calles por la noche, la policía estaba quedando inoperativa, las autoridades iban cayendo en la apatía y en un silencio caótico, parecía que había llegado el final de los tiempos.

Los cuatro amigos se quedaron pasmados frente al televisor, no sabían que decir, Josu miró a Antoine, Xena y Tía Paua les miraron,¿ qué estaba ocurriendo?-

¿Tendría algo que ver su huida del Bajo Astral con este evento tan nefasto que se estaba desarrollando de forma tan extraña? Debían averiguarlo.

Miraban por la ventana y todo sucedía tal y como la televisión estaba contando, el cielo se oscurecía con un negro amarillento, la gente salía de sus casa en completo silencio, sin rumbo aparente, errantes, daba escalofríos ver este panorama, ciudades sin coches, en silencio y sin sentido, no lo podían creer.

- Tengo el presentimiento que esto es obra de algo muy oscuro- dijo Tía Paua, - ¿Qué piensas tú, Antoine?-.

-Estoy contigo, Lola, presiento negatividad muy alta en el ambiente de este pueblo, además la televisión dice que es a nivel nacional, algo muy gordo debe de haberse colado a este mundo para provocar esta hecatombe, quizás al liberar a Xena hallamos despertado algo terrible que nos ha seguido a esta dimensión, en teoría solo cruzamos nosotros la puerta de la Estigia, pero no sé que más pudo hacerlo, estaba todo muy confuso-.

Josu estaba entrando el equipaje de Xena y Tía Paua a las habitaciones, el silencio era sepulcral, ni siquiera ellas hablaban en voz alta por si podían oírles.

Xena se quedó pensativa mirando a sus compañeros y dijo:- Estoy empezando a ver imágenes de lo que ocurrió en el Bajo Astral, he perdido mi condición elemental, pero aún siento una conexión con la misma, ahora mis "poderes" están en manos de un ser maligno femenino, creo que es lo que los antiguos denominaban "Daemon", un espíritu oscuro creado por la maldad intrínseca del hombre, en este caso de las mujeres, pues es femenina, con esta condición que me ha robado, junto con sus poderes puede atravesar el fino velo de la realidad elemental a la vuestra, que ahora también es la mía-.

-Además puede dejar pasar a los Seres Sombra, Duendes, espíritus burlones, poltergeist, larvas astrales y otros seres que ni siquiera conocéis, creación de la tremenda maldad que la humanidad ha ido acumulando durante siglos-.

-He visto en mis pensamientos mientras veníamos a esta casa, imágenes de la huida de mis hermanas hadas hacía lo profundo de los pocos bosques que quedan, huyen de la oscuridad que las está matando, además me han advertido que ahora hay seres peores que los que nos hemos enfrentado en el Bajo Astral, han cruzado el umbral de la Oscuridad antimaterial, me han hablado de los Seres Elementales Oscuros, ellos son los que están provocando este caos y negatividad en el mundo-.

-Se está desatando la Entropía Elemental, si ellos nos destruyen todo se desbaratará, las Ciudades Elementales están en peligro, sin nuestra gente la Naturaleza sucumbirá y moriremos todos para siempre, sin poder reencarnar y seguir la rueda de la vida, si ellos nos desplazan, todo acabará, la oscuridad nos destruirá y a ella misma también, vendrá la nada-. 

Todos se quedaron boquiabiertos, no sabían ya que decir, Xena se puso a llorar, anhelaba sus alas y su magia, a sus hermanas, su belleza.

Josu la abrazó y la consoló, Tía Paua fue a la cocina a traerle un vaso de agua, ahora se iban a enfrentar a algo nunca visto, totalmente desconocido, tenían que protegerse.

Como en un destello de lucidez, Antoine cogió la sal que llevaba en la mochila y se puso a sellar puertas y ventanas con la misma, conjurando la bendición de la misma para protegerse de la oscuridad que acechaba.

Tía Paua cogió hierbas e hizo un sahumerio para limpiar la casa de malas energías, Xena se puso a limpiar junto con Josu, de momento se quedarían un tiempo descansando en esta casa, debían buscar víveres y aprovisionarse, debían contactar también con el Reino Elemental para ver que podían hacer, Antoine ahora tenía la capacidad de entrar el él, pero aún no sabía como, su madre no se le llegó a explicar del todo.

Seguía el silencio en la calle, ellos permanecían en el Salón, se trajeron los colchones de las habitaciones para dormir todos juntos, Antoine trazó un círculo de sal alrededor de ellos para protegerse, junto con conjuros de autodefensa psíquica que enseño a todos. 

Josu y Antoine decidieron ir a coger comida en su casa, pues recordaba que había hecho la compra antes de empezar esta aventura, parecía haber transcurrido una eternidad y en realidad no había pasado más de dos días desde que entraron en la Ciudad Elemental.

Iban huyendo de la gente, todo estaba en silencio, no había tráfico, ni policía ni nada, solo gente errante, chocando entre sí, entrando a las tiendas y saliendo con bolsas vacías,nadie hablaba, era un panorama apocalíptico, pero silencioso y oscuro.

Transitaron por varias calles, Josu entonces cayó en la cuenta y dijo: - ¿Antoine, por qué no caemos nosotros en ese trance oscuro también?-.

- Ahora que lo dices, es verdad, esto parece ser algo que se transmite, esperemos que no nos afecte, igual el haber salido del Bajo Astral bebiendo el agua de la fuente Estigia tenga que ver algo-.

- No lo sé- dijo Josu- pero espero que seamos inmunes, sería terrible el sucumbir a esta oscuridad, debemos encontrar la forma de parar esta locura-.

Llegaron a las afueras del pueblo, entraron al edificio de Antoine, estaba la puerta abierta, sacó las llaves y sigilosamente entraron en su casa.

Todo parecía estar en orden, se dirigieron al frigorífico y la pequeña despensa que tenía en la cocina, los alimentos estaban allí, pero se sentían extrañamente observados y no sabían el por qué.

CONTINUARA...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena, JuanMa, cada vez está más emocionante.