lunes, 14 de agosto de 2023

ATRAVESÉ EL MURO DE HIELOS GALÁCTICOS

 




 En los años ochenta hubo muchas series de dibujos animados que nos impactaron a todos por su calidad, sus valores y su contenido, estas fueron las que formaron en cierta medida parte de nuestra personalidad y de nuestros sueños de niñez.

Recuerdo con nostalgia series como Heidi, Marco, El bosque de Tayac, Banner y Flappy, La vuelta al mundo de Willy Fog, David el Gnomo, Mazinguer Z, etc, pero hubo una serie en especial que me dejó muy marcado por su increíble historia, calidad y valores que supo transmitir en aquel tiempo en el que el instituto Tavistock aún no se hacía sentir mucho en las series infantiles, estoy hablando de la producción franco-nipona Ulises 31.

Esta serie ambientada en el siglo 31 y basada en la Odisea de Homero, nos cuenta las aventuras de un Ulises espacial, que para salvar a su hijo y sus compañeros mata al hijo de Poseidón, el Cíclope en un planeta remoto errante, Poseidón en venganza le pide a Zeus que haga navegar sin rumbo a la nave Odisseus por el Universo del Olimpo, borrando todas las cartas de navegación de la computadora de la misma, Sirka, condenando a los compañeros de Ulises a permanecer en estado de inercia flotando en el vacío, solo su hijo y su amiga Thais y el pequeño robot Nono, se salvan de esa maldición para acompañar a Ulises en una multitud de aventuras narradas en la Odisea de Homero, pero actualizadas al espacio sideral, solo les permitirá regresar cuando atraviesen el muro de hielos galácticos y puedan encontrar el reino de Hades, entonces serán liberados para regresar a la tierra, una auténtica pasada como nunca se había hecho, con un doblaje espectacular, una historia siempre dinámica y bien estructurada, cada episodio era independiente de los demás y se podían ver desordenados, como así los emitían en televisión española en el año 83.

Esta serié como he dicho antes me impactó como ninguna lo ha hecho hasta ahora y quizás sea la única que realmente lo ha hecho de verdad, toda mi infancia y juventud me ha gustado mucho, por lo valores que transmitía, cada episodio hablaba de alguno, la amistad, el amor, la valentía, el sacrificio, la lucha de un padre por su hijo, por la salvación de sus compañeros de aventuras, en fin, algo realmente impensable que hoy en día se ponga delante de la pantalla en las series nuevas, donde todo es absurdo, apenas existen tramas que permitan aprender y todo se banaliza, adoctrinando a los niños en el consumismo y el relativismo.

En cierta manera esta historia de superación, como la del Ulises original de Homero es una obra que nos enseña la debilidad humana y dentro de esa debilidad la verdadera fortaleza que tenemos los hombres y mujeres para enfrentarnos a los avatares del destino, a las fuerzas desconocidas que los "Dioses" envían para obstaculizar nuestro destino, y que somos nosotros los que con la voluntad, la constancia, los valores, la fuerza del amor y de la vida debemos sortear de la mejor manera posible, pues "ellos" nos observan para ver como superamos sus pruebas, disfrutan cuando lo hacemos, y se sienten orgullosos de que su propia "creación" sean tan tenaz y decida enfrentarse a ellos.

Tanto Homero como Jean Chalopin, el creador de la serie Ulises 31 han sabido transmitir cada uno a su manera esa lucha interior que todo hombre y mujer tiene en su interior para superar las pruebas de la vida, de una manera amena y con una fantasía desbordante, leer la Odisea o ver Ulises 31 es una manera de encontrar fuerza para ser mejores, superar los obstáculos y regresar a Ítaca, a nuestro hogar interior, donde nosotros vivimos de verdad, donde está nuestro espíritu y nuestra verdadera fuerza.

Después de superar todo lo que he superado en la vida me doy cuenta porqué tanto la Odisea como Ulises 31 me han marcado tanto, me he visto reflejado en esos avatares que los Dioses impusieron a Ulises, para mí un referente de luchador y de buen hombre, de rectitud y valentía, se enfrentó a los más poderosos del Olimpo sin vacilar, a pesar de sus debilidades, superó los obstáculos, no sin sufrimiento ni pérdidas, pero llegó a su destino y rescató a su Penélope y por ende a su alma.

En cierta manera todos pasamos por la Odisea en la vida, es universal, todos deberíamos conocerla, porque los "Dioses" a todos nos mandan pruebas, de diversas formas, ya sean por enfermedades, falta de dinero, discapacidades, pérdidas de seres queridos, adicciones, desamores, guerras, hambrunas, esclavitud de todo tipo, el mundo está lleno de avatares desafortunados en los que nos vemos inmersos en la vida, y de nuestra actitud depende el que podamos salir adelante y superar las pruebas de estos "Dioses" macabros que nos quieren hacer aprender lecciones muy duras por las razones que solo "ellos" o quizás nosotros conocemos, no sé, el tema da mucho que pensar.

Ulises 31 para salir del universo del Olimpo tras superar las numerosas pruebas impuestas tenía que atravesar el muro de Hielos Galácticos y llegar al reino de Hades para encontrar el camino a la tierra, en similitud a esta forma de llegar a casa de esta serie, como he contado muchas veces en este blog, estuve enfermo de cáncer, he estado desde el año 2000 con esta enfermedad, con quimioterapias, operaciones, incertidumbres, luchas contra mi mismo y mucho sufrimiento del que ya no quiero recordar, desde la última quimio han pasado ya 15 años, y después de todas las revisiones pertinentes, por lo visto estoy bien, ya no me pueden tener más tiempo en el hospital como paciente de cáncer y me han dado el alta definitiva, lo que parece una gran alegría, que lo es, también en cierta forma me da sensación de orfandad por sentirme ya desconectado de esta rutina oncológica de tantos años, aunque siempre puedo volver si me encuentro mal o detecto algo, pero es como si hubiera acabado una etapa grande de mi vida, como Ulises pienso que ha acabado esta Odisea, un larguísimo viaje de 23 años en el que he vivido de todo a pesar de la enfermedad, he superado muchas cosas, he formado una familia y he logrado todo a pesar de la misma, he atravesado el muro de Hielos Galácticos, he llegado al reino de Hades, he mirado atrás, en la lejanía he visto sonreír a Zeus con satisfacción y ha Poseidón mordiéndose la lengua de la rabia, ahora he regresado a Ítaca, o a mi Tierra, el universo del Olimpo sigue ahí, nunca se descarta volver pero por lo menos si volvemos sabemos transitar por él y si nos quedamos en el mismo, seremos una estrella más en el infinito...

Seguimos en el camino. 

                     



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos tenemos un muro de hielo que superar alguna vez. Pero el tuyo fue muy duro, amigo. Ahora a ser feliz 😄

Juan Manuel Mas dijo...

Gracias por tu comentario, gran verdad amigo.