domingo, 12 de abril de 2020

EL CEMENTERIO DE LOS BLOGS OLVIDADOS





En estos días de confinamiento he estado buceando profundamente en muchos lugares de Internet, me he entretenido mirando todos los perfiles de gente que me ha comentado en el blog y me he dado cuenta que la gran mayoría, si eran creadores de un blog, dejaron de publicar alrededor del año 2012 hasta el 2017, más o menos. 

 Me dí cuenta de la cantidad de blogs que han quedado colgados en la datosfera o web, como queramos llamarla y he sentido pena porque en todas estas publicaciones la gente a puesto un trocito de su vida, unos vivencias, otros artículos, otros historias y noticias, etc, pero viendo que en la inmensidad de Internet los lectores de cada espacio se pueden contar con las manos, pues ya tienes que poner material realmente interesante o puntero en información que tenga gancho para que hayan muchos leyendo tu blog, y la gran mayoría, entre los que yo me encuentro, no consiguen salir de un anonimato digital y por aburrimiento o por desmotivación, dejan perder el blog y lo dejan tal y como quedó, sin borrarlo ni tocarlo, en lo que yo denomino el cementerio de los Blogs olvidados, plagiando al escritor Carlos Rúiz Zafón, en su novela "La sombra del viento" en el que aparece el término del cementerio de los libros olvidados. 

Siempre he buscado una plataforma en la que los blogs personales como el que yo tengo desde el año 2007 pudiéramos promocionarnos o juntarnos para intercambiar ideas, pero nunca he encontrado nada parecido, igual no he sabido buscar, pero sería bonito tener un punto de encuentro para blogueros minoritarios, en los que pudiéramos realizar proyectos conjuntos y sobre todo leernos los unos a los otros para valorar nuestro trabajo entre todos, así nos motivaríamos y podríamos continuar nuestra labor creadora e ir publicando más retazos de nuestra vida y de nuestro intelecto. 

Miles y miles de blogs han sido creados y abandonados, pero siempre estarán, si no cambian las leyes de las plataformas de blogs, permanecerán intocables en el tiempo para que algún día alguien quiera rescatarlos o copiarlos para seguir la labor de aquel que la empezó. 

 En cierta manera las redes sociales son culpables del declive de los blogs, pues ya todo el mundo publica en estos espacios que son tan cambiantes y tan rápidos en la sucesión de contenidos, los blogs son más reflexivos, más lentos y más concisos en lo que publican y aunque se pueden lanzar con estas plataformas y darse difusión, acaban diluyéndose y poca gente los lee al final, y sobre todo el gran problemas es que la gente ya no lee, y menos en una pantalla de ordenador, lo he comprobado por desgracia, pues cuando se publican posts más o menos largos, menos audiencia hay, pero bueno, no escribo para hacerme famoso, escribo porque me gusta y porque quiero expresar mis ideas para compartirlas con quien buenamente pueda o le interese lo que expongo, y sobre todo por satisfacción personal.

 Me entristece entrar en un blog y ver la fecha de la última publicación de hace años, incluso de diez años, pero claro, pensemos que somos miles las personas que queremos escribir bitácoras, de todo tipo y de todo color y no todos tenemos voluntad, tiempo y ganas de continuarla, en mi caso pasan muchos meses hasta que publico algo, pero por lo menos intento tener publicados en el blog un mínimo de tres posts al año, que es muy poco pero con el ritmo de vida que llevamos a veces es una hazaña titánica, por eso quiero agradecer a todos aquellos que le han dado like a mis publicaciones en facebook, a los 23 seguidores que tengo en este blog, algunos ya desaparecidos del ciberespacio y sobre todo a los que a lo largo de los años habéis comentado y alegrado los días en que os leía, pues eso me ha animado a seguir, esa es la razón por la que en muchísimos de mis posts acabo los mismos con la frase: -Seguimos en el camino, seguido de otra reflexión acorde al post. 

 De momento he tomado la determinación de seguir en este espacio, y voy a intentar escribir mucho más para poder sacar todo el potencial de ideas y de reflexiones que surgen desde mi interior, y que a veces no quiero plasmar por el miedo al ridículo y a la crítica, pero eso forma parte de ser bloguero, sortear todos esos miedos y compensarlos con la satisfacción de seguir escribiendo, cuando escribo soy yo mismo y me siento bien, y eso es lo que quiero hacer desde este momento y desde siempre he querido, salir de la apatía y no dejar que este blog entre en el Cementerio de los blogs olvidados. 

Seguimos en el camino queridos lectores, siempre y ahora con más fuerza si Dios me lo permite.

1 comentario:

Theresa williams dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.